Antonio Dacosta es uno de los imprescindibles cuando de ourensanismo se habla. Con apenas 18 años llegó a O Couto y desde entonces su vida ha estado siempre muy vinculada al CD Ourense, primero como jugador y en las últimas etapas del club como ayudante de distintos cuerpos técnicos, responsable de la cantera y de varios equipos de la base y empleado. Vivió con profundo pesar los últimos días del histórico Ourense y tuvo el valor de dar un paso al frente junto con sus compañeros rojillos para convertirse en "los padres de la UD Ourense". En agosto de 2014 aceptó la difícil tarea de ser el primer entrenador del nuevo club. Comenzando desde cero, él y los suyos dejaron su firma en tres ascensos consecutivos que hicieron volver a soñar a miles de aficionados.

- A efectos deportivos, ¿por qué decide entrenar de modo altruísta a la UD Ourense cuando tenía la opción más beneficiosa de adiestrar a otros equipos?

- Lo hice porque quería a CD Ourense y veía su recuerdo en la UD Ourense. En las primeras reuniones en la grada de tribuna de O Couto comprendí que no había voluntarios para entrenar a la UD Ourense en Tercera Regional y, finalmente, me ofrecí yo como adiestrador. El amor por unos colores fue lo que hizo que ex jugadores de CD Ourense y yo nos comprometieramos a jugar y entrenar en campos de tierra sincobrar nada.

- ¿Cómo comenzó la improvisada aventura de crear una plantilla para la UD Ourense?

- En pleno verano, a falta de menos de un mes para el debut oficial, teníamos ante nosotros el reto de confeccionar un equipo para competir. Peluso me ayudó muchísimo. Ambos recurrimos a conocidos y gracias al boca a boca logramos reunir a los que serían nuestros futbolistas.

- Aquel primer año acudieron a su llamada ex jugadores del CD Ourense. ¿Cómo valora este gesto de generosidad?

- En las seis temporadas de vida de la UD Ourense para mí lo más bonito que le pasó al Club ha sido empezar un equipo de cero, con ex jugadores del CD Ourense comprometidos y dispuestos a jugar en campos de tierra de la provincia. La afición también tuvo un papel imprescindible y no me cansaré nunca de agradecérselo porque sin ellos esto jamás hubiera existido. Nos siguieron por los pueblos, incluso antes de saber que volveríamos a jugar en O Couto.

- A nivel personal, ¿cómo vivió los primeros años del Club?

- Desde el principio me impliqué muchísimo con la UD Ourense, tanto como entrenador como en la directiva. Realmente para mí fue un período muy duro porque nos encontramos con problemas como la falta de instalaciones para entrenar, el tema de buscar jugadores... Por suerte, la masa social siempre nos ayudó mucho.