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Iago Blanco: "Tenemos un factor diferencial, la afición"

"Nuestros seguidores te obligan a pelear cualquier balón despejado", subraya el goleador de la UD Ourense - "Espero dar pronto mi mejor versión, me falta chispilla"

Iago Blanco pelea una pelota con un rival del Nogueira, con Germán vigilante, durante uno de los partidos de pretemporada. // Iñaki Osorio

Iago Blanco marcó el domingo el gol que supuso la victoria sobre el Compostela, "ojalá sea el primero de muchos porque van a hacer falta", remarca el coruñés.

Pudo parecer sencillo por aquello de quedar solo ante el portero y tener tiempo para pensar qué hacer. Pero precisamente eso, tener tiempo, fue lo que lo hizo difícil. "Recuerdo que salió el balón y esperé a ver si el central (Queiruga) no podía despejarlo. No era tan fácil para él, estaba de espaldas y corriendo hacia atrás. Ya digo, decidí esperar, cuando vi que llegaba el balón tuve la suerte de hacer un buen control. Lo primero que hice fue cruzarme ante el defensa, para quedarme solo o si no que me hiciera falta. Quedé solo y aguanté ante el portero. Salió bien", asegura.

Fue el 1-0 definitivo. Apenas tres minutos despues tuvo Iago el segundo. "Era muy claro, no contaba con el pase. Fue una pena porque habría cerrado el partido", detalla.

Al exLaracha le ha costado entrar en las convocatorias y en las alineaciones. "En la pretemporada me torcí el tobillo. Lo fui soportando, pero nunca dejó de dolerme, aunque tampoco se me inflamó. Luego, en el partido contra el Atlético, se me torció otra vez, más fuerte. Paré una semana, seguía sin hincharse, me tenía que haber hecho una resonancia. Hasta que llegamos a la semana previa a empezar la liga, traté de entrenar fuerte, pero me notaba muy limitado. Jugué contra el Paiosaco y entré la última media hora frente al Arosa y los diez minutos finales en el campo del Pontellas. Después estuve dos partidos sin convocar (tres, ante Choco, Ourense CF y Arenteiro). Fue una decisión del entrenador, se me hizo raro, aunque es verdad que no podía dar todo lo que podía", recalca el ariete de la UD Ourense.

Champi, Gabi Sanín y Marquitos eran sus compañeros de piso cuando llegó Iago a Ourense, ahora vive con Pedrosa en el concello de Barbadás. Fue la baja del lucense, que tampoco estará el domingo en Calabagueiros, una especia de vía libre que Blanco aprovechó a la perfección. "Estamos muy contentos, muy adaptados. Lo más difícil en teoría viene ahora, salida al Barco, el Bergantiños, Fabril, Rápido de Bouzas... Antes de ganarle al Compostela nos veíamos abajo, siete puntos. Dada la forma que ganamos, sufriendo, con el Santo Ángel, hemos recibido un subidón de moral y confianza, esta semana las caras son otras. Vamos al Barco preparados para rascar algo", adelanta.

Las expectativas

Porque fue de esas victorias que dan tres puntos, como todas, pero unen más a los futbolistas. ¿ O no? "Sí, sobre todo por el momento en el que llegó, cuando empezábamos una serie de partidos contra los gallitos de la categoría. Estábamos rozando los puestos de descenso y estos tres puntos nos darán confianza para lo que viene, para cumplir las expectativas del equipo, que son estar más arriba".

Ocho partidos, dos victorias, dos derrotas y cuatro empates. "Con los empates sumas siempre pero avanzas poco. Equipos como nosotros o el Compostela tenemos un factor diferencial respecto al resto, la afición que está detrás. Se nota, mucho, te obligan a pelear cualquier balón despejado", observa.

"Espero que pronto se pueda ver al mejor Iago, todavía noto que me falta ritmo, chispilla. Está claro que no me ficharon sólo para que conociese Ourense y estuviese agusto aquí, espero dar lo mejor de mí durante mucho tiempo", remacha Iago, que acepta que el de delantero centro "es un puesto de mucha responsabilidad para el equipo".

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