Si algún día el Paco Paz está en obras desplazarse hasta Os Remedios no será la mejor opción. La mejor opción será jugar en Oviedo, en El Pumarín, aunque haya que tirar de autobús, de línea, no urbano. Porque allí mantuvo el COB la racha, aquella que dice que ha ganado las cuatro últimas visitas. Ya lo dejó fuera de la final a Cuatro el curso pasado y ya le ha dado una colleja a los de Javi Rodríguez en los primeros compases de éste. Porque lo que era una ventaja mínima en el descanso, 32-33, se convirtió en un marcador abultado en el tercer cuarto, 47-62, 50-65 sobre el bocinazo, manejado con eficacia por los ourensanos en el periodo definitivo pero hasta los últimos tres minutos y medio, 62-76. Cuando todo parecía cerrado, los asturianos se revolvieron, tanto y tan fuerte que llegaron a igualar a poco más de un minuto para la conclusión, 78-78. Un triple de Wood fue oro molido, suficiente para aguantar el triunfo, 81-84. Tercera victoria de los de Gonzalo García, contra rivales de diversa condición, un recién ascendido, uno con aspiraciones y un tercero, que había dado buena cuenta del Palma en la primera jornada, acostumbrado a las alturas.

El primer cuarto fue ovetense, dominio que sin embargo no supieron extender hasta el descanso. Con un 10-6 amanecieron los asturianos, 13-9 poco después.

El 21-18 con el que se llegó al primer descanso dio paso a minutos de doy y me dan, de manera que el COB igualó con las cestas de Balaban y Tshikaya pero los locales volvieron a demarrar, 25-22, 27-22 acto seguido, desventaja reducida a dos puntos con un triple de Edu Martínez. Cuatro puntos seguidos de Balaban dejaron ya a los ourensanos por delante en el descanso, 32-33.

Y hasta aquí. Parecía. Porque el tercer cuarto fue una demostración de superioridad, iniciada con dos triples de Edu Martínez, 37-41. Tacita a tacita se alejaban los visitantes, 40-45 después de las cestas de Balaban y Ott. A Javi Rodríguez no le gusta lo que pasa y para el partido, con un efecto nulo porque cuatro canastas de tres en menos que canta un gallo disparan la ventaja, 47-62 a los ocho minutos. Nuevo tiempo muerto del porriñés, para afrontar quince abajo los diez minutos definitivos, 50-65.

El Ourense, que dejó en Oviedo una tarjeta espectacular en el lanzamiento de tres, del cincuenta por ciento de acierto, 13 de 26, con cinco de Edu Martínez y cuatro de Wood, no se inmutó cuando la ventaja comenzó a decrecer, 58-70, pero sí un poco después, 69-76, 75-78, 78-78. Wood dijo basta, un triple, como no, cerró el partido.