Primer equipo y base de la UD Ourense se mudan. Al concello de Pereiro, ante la imposibilidad de encontrar campos de trabajo en la capital. Loñoá y Vilariño son los elegidos, a expensas de la aprobación de los clubes del fútbol provincial ourensano.
La tribuna del estadio de O Couto fue abierta ayer. No hubo fútbol, si acaso Fernando Currás dando explicaciones a los padres de los niños que forman la cantera. Porque de eso se trataba, de explicar la precaria situación en la que se encuentra la UD Ourense a la hora de hablar de instalaciones.
Y es que el tema de los campos se ha convertido en un quebradero, al que el entrenador dedica tanto o más tiempo que a analizar a los rivales con los que debe enfrentarse cada fin de semana. Viven día a día, de manera que el lunes entrenaron en Loñoá, donde repetirán este miércoles. Otro cantar es el jueves, de momento una incógnita. Para el viernes tienen de momento medio campo en Oira.
"Detrás de la UD Ourense está la base, sin ella no hay sentido de pertenencia que valga, es la cantera la que tiene que sostener este proyecto, la que tiene que sostener este sentimiento", relata Currás, que agradece "la comprensión y la paciencia de los padres, que están muy por encima de lo esperado".
"No queremos que nos regalen nada, sabemos que esta ciudad no va sobrada de instalaciones, con lo que tendremos que seguir buscándonos la vida. A ver cuando esté arreglado el campo de Vilar de Astrés", subraya Currás, para el que "sería un lujo los campos de Pabellón y Oira", que remarca que "en el campo de Miraflores ya no podemos seguir ni pagando".
