Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

fútbol

Un genio anda suelto

Moisés Pereiro, que estuvo una década en La Masía, ha cambiado los banquillos ourensanos por la Policía Local en Sada

Moisés Pereiro, la temporada pasada durante un partido del Antela en el campo de A Moreira de Xinzo. // Iñaki Osorio

La carrera como entrenador de Moisés Pereiro se ha detenido. Barbadás y Antela han sido los dos destinos. En el conjunto limiano terminó el curso pasado. Ahora, Pereiro espera en Sada, pero como policía. Llama la atención que una provincia que no está sobrada de talento, ni en el campo ni en los banquillos, no se acuerde de alguien que estuvo entre los 15 y los 25 años en La Masía, la cantera del Barcelona. Pero así es.

"La verdad es que no me ha salido gran cosa desde que dejé el Antela. Allí querían que siguiera, pero no lo vi claro. El año pasado acabé quemado, no es fácil entrenar con ocho, con nueve jugadores. Hay mucho entrenador además...", relata Pereiro.

Qué mejor que Moisés Pereiro para enseñar a los más jóvenes, usted mamó la filosofía Barça desde los 15 años... "El fútbol base es muy sacrificado y está muy mal pagado. Porque hablamos de tomártelo en serio, de involucrarte de lleno. Por lo que sea no se ha dado un proyecto que me pareciese apetecible", recalca.

"Ese año en el Antela me sirvió para ver muchas cosas que no ves como futbolista, las dificultades te obligan a reinventarte cada domingo, llegar a un partido con doce jugadores... Eso no pasa en un Madrid-Barcelona, claro", subraya Pereiro, un apasionado del fútbol. "Veo mucho, sigo una página en la que echan partidos antiguos y que te sirve para ver la evolución que ha tenido este deporte. Son muy grandes las diferencias entre ese fútbol y el de ahora, ahora cada vez se juega más rápido en espacios más pequeños. Antes, un Osasuna o un Athletic de Bilbao jugaban un fútbol directo, ése de las segundas jugadas, hoy día cualquier equipo, por muy pequeño que sea, sale con la pelota desde atrás. Da gusto", asegura.

¿Goza de buena salud la cantera ourensana? "Lo que me parece preocupante son los pocos jugadores que salen. Es verdad que se perdió mucho sin el Pabellón en la división de honor, porque cualquier jugador de esa categoría, con un periodo de maduración de uno o dos años, debería jugar en Tercera como mínimo".

Porque lo del Antela no hubo manera de enderezarlo... "El hecho de apostar por jugadores jóvenes de la casa ya implicaba un año muy duro, muy complicado. Pero de verdad que el equipo compitió bien, las derrotas fueron ajustadas y gran parte de ellas llegaron al final. Fue increíble, nos remontaron partidos que íbamos ganando 2 y 3-0. Al final, con el equipo colista y descendido, es cierto que empezó a faltar gente, porque para ellos primaba el trabajo. Ya se sabe, si no pagas no puedes exigir. Pero me quedo con que muchos jugadores crecieron durante esa temporada".

Exigir. "¿Qué haces, echas a dos o tres jugadores porque no te vienen a entrenar. Al final te quedas tú solo. Yo hablaba con ellos y menos un par de ellos, el resto no tenía mayor ilusión por esto del fútbol, jugaban por diversión. Y en carnavales era una locura", finaliza.

Compartir el artículo

stats