Nacho Currás afronta la tercera temporada en el cuerpo técnico de la UD Ourense. Es el segundo entrenador, en permanente comunicación con el primero, su hermano Fernando. Apasionado de todos los deportes, no quitaba ojo a la resolución de la etapa pirenaica del Tour de Francia.

- Hermanos entrenadores y residentes en Ourense...

- Lo llevamos muy bien, con naturalidad. Él (Fernando) manda, él es el jefe, pero me deja una parcela grande que me permite sacar al exterior cómo soy yo. Me siento muy cómodo, tengo toda su confianza y más, todo lo que pensamos nos lo decimos. Es más, si no fuese mi hermano el primer entrenador no sé si valdría para ser segundo, me cuesta verlo.

- ¿Es Fernando de los que delega?

- Sí, pero es que llevamos esta situación con naturalidad. Eso sí, tenemos problemas porque sólo uno puede estar de pie y yo, por la inexperiencia, por el carácter, me levanto muchas veces y eso provoca reprimendas de los líneas y a veces hasta algo más...

- Se dice que el futbolista olvida el partido nada más acaba y que el entrenador se lleva los problemas a casa, ¿es así?

- Es así, pero yo también me los llevaba cuando jugaba, por mi forma de ser. El último año como futbolista en Barbadás me costó dormir poco y mal. Ahora también. Lo achacas al cansancio físico del partido, pero es cosa de la cabeza. Digo más, el único que siempre quiere ganar es el entrenador.

- Usted es el encargado de ver varios partidos del rival más inmediato, de escudriñarlo a conciencia, del balón parado también, ¿qué se le pasa por la cabeza cuando a los dos minutos un infortunio le echa todo abajo?

- Que tienes que tener soluciones para todos los imprevistos. Es así, a un central le has dado toda la información pero a los cinco minutos lo expulsan y te ves debajo en el marcador. El fútbol es también eso, tiene muchas variantes incontrolables, muchas veces no porque hayas preparado mejor el partido lo terminas ganando. El fútbol es un juego, que un tiro al palo y que la pelota entre o no decide un resultado. Y el trabajo y la dedicación ha sido la misma.

- ¿Cómo se lidia con una mala racha como la temporada pasada?

- Forma parte del aprendizaje. Sufres, porque ves que entrenas igual que cuando ganabas y eso es difícil de digerir. Ahora, tiempo después, en frío, analizando los parámetros, te das cuenta que influyeron varios factores. Bueno, dicen que se aprende de las derrotas.

- ¿Le han salido muchas canas desde que entrena?

- Algunas. Éste es un club especial, con un seguimiento muy grande, no tiene la misma repercusión que el resto, todo el mundo opina. Son 1.800 socios... Con todo, lo he pasado peor este último mes y medio, cuando parecía que todo se iba a ir al traste. El primer año también fue duro, en enero prácticamene estábamos descartados para el ascenso. Luego, el pasado, ya en Tercera, todo iba sobre ruedas, ganábamos y ganábamos... Igual nos confundimos.

- ¿Se ha planteado volar en solitario o vive el día a día?

- No, estoy cómodo como estoy, me gusta lo que hago, en el primer equipo pero también en la base, estamos metidos a tope en la cantera. Hombre, si me llamase un equipo importante igual me lo pensaba, pero ahora mismo no lo veo.

- Tiene dos niños pequeños, niño y niña, ¿les recomendaría ser entrenador?

- Lo que les recomendaría es que sean felices, el niño es muy pequeño, aunque ya juega al fútbol, la niña todavía no. Si les gusta, pues perfecto.