La puesta de corto de Santi Mina siguió una mecánica prácticamente calcada a la que tuvo hace un par de semanas la de Denis Suárez en el primer capítulo de la Operación Retorno. El jugador atendió primero a los medios de comunicación en la sala de prensa de Balaídos y saltó luego vestido de corto al césped del estadio para responder a un cuestionario de nueve preguntas elaborado por los aficionados en las redes sociales, lanzar balones a la grada y darse un baño de masas con los más de dos mil incondicionales celestes (entre los que se encontraba también su familia) que asistieron al acto, firmando autógrafos y fotografiándose con los aficionados que lo aclamaban. Fue en medio de esta algarabía cuando se produjo el momento más emotivo del evento. Entre el gentío, sin que el futbolista lo sospechase, apareció su abuela, que no quiso perderse un día tan señalado y lo sorprendió mientras firmaba autógrafos en la grada. Abuela y nieto se fundieron en un emocionado abrazo que llegó directo al corazón de los allí congregados.

Menos emotiva fue la bienvenida al jugador en la presentación ante los medios informativos, que corrió a cargo del director deportivo, Felipe Miñanbres, y del exfutbolista y consejero Fernando Rodilla.

"Le deseamos que todo lo que hizo en Valencia lo haga aquí con creces", dijo el excéltico. Miñambres, por su parte, desgranó algunas de sus virtudes: "Es un jugador que contagia por su energía y su ímpetu. Es un gran rematador que nos puede ayudar tanto en banda como de delantero. Tiene mucha movilidad y pensamos que abre muchas perspectivas en el ataque. Estamos muy contentos".