Hace diez años se disputó por última vez una Final a Cuatro para decidir qué equipo ascendía a la ACB. Entonces fue el Alicante. Una década después, recuperado el formato por la Federación, quién sabe si no será el Río Ourense Termal el que se lleve el premio. Méritos ha hecho, desde luego. Posiblemente más que el resto. Porque era el único que no aparecía en los boletos para jugar en Bilbao los dos primeros días de junio; porque ha sido el único que sólo ha necesitado tres partidos en la eliminatoria de cuartos de final; y porque ha sabido sobreponerse a la lesión de su director de juego titular en la semana previa a comenzar los play off. Con ocho le ha bastado, como la serie de televisión de los ochenta. Si en todas las finales hay un equipo con el que simpatizan los aficionados imparciales que nadie dude que en ésta es el COB, por el papel de cenicienta o porque las quinielas decían que no tenía que estar aquí. Pero está, y para ganar y ascender. Cómo es la vida, una expedición que dejó la comunidad de vecinos como jugador, como entrenador, como presidente de la LEB puede regresar a la siguiente junta como ACB con todas las de la ley.
Klopp va a jugar con el Liverpool esta noche la segunda final de la Liga de campeones de fútbol. En dos años. Gonzalo García también repite, lo rozó con el Melilla, podría conseguirlo con el Ourense. Es el entrenador alemán de los ingleses uno de los espejos en los que suele mirarse el entrenador bilbaíno de los ourensanos, que remarca siempre que puede el mérito de llegar por encima del 'lo logré', la dificultad del camino y lo importante que es disfrutarlo. Zidanes que conquisten tres consecutivas son un accidente, lo normal son muchos Klopp y muchos Gonzalos García. Y Simeones y Pochettinos.
Vuelve Vidal, con todo lo que eso supone para un equipo que tuvo que confiarle el timón contra el Oviedo a dos imberbes deportivamente hablando. Pocos equipos de la liga pueden contar con un base internacional. Sin él se tumbó a los asturianos pero mejor que esté. Si Zamora es el de los cinco últimos minutos contra los ovetenses en Ourense mucho estará ganado contra el Palma. Si ve el aro grande y encuentra un aliado como Watson en el rebote ofensivo, también. Por allí, por la zona balear, andará un tal Fran Guerra, un center decisivo al que la inestabilidad puede amargar la tarde. Que va a anotar y rebotear se da por descontado, que va a provocar que los ourensanos cambien algunos tiros se da por hecho, una de las claves estará en minimizar la aportación del resto.
Los baleares ganaron los dos partidos de la liga regular, dato que no deja de ser intrascendente ante un todo o nada. Una catalana, Yasmina Alcaraz, un castellano manchego, Carlos García León, y un andaluz, García González, dirigirán un partido que arrancará a las cinco.
A las siete y media comenzará la segunda semifinal, la del anfitrión. Melilla es un gallo, pero todo lo que no sea ver a los vizcaínos en la final será un revolcón para los de Mumbrú y para los más de diez mil que los van a empujar desde la grada. También para la organización, mucho mejor si en el partido definitivo está el equipo local.
Los bilbaínos no enamoran pero ganan. En Ourense lo hicieron sin brillo, si acaso el destello del uniforme, de un negro inmaculado. Van cumpliendo expectativas, llegaron a la final de Copa y acabaron segundos la liga. El Betis ha estado por encima. Son favoritos, pero en la historia ha habido 'Maracanazos' y 'Centenariazos'. Igual es momento del 'Ourensanazo'.
