Finalizada la competición, la actividad se desplaza ahora hasta los despachos, y en el caso de la UD Ourense el trabajo se encamina principalmente en encontrar un grupo que sustituya a una junta directiva que ya ha repetido varias veces que su trabajo en el club está terminado.

El último que se ha interesado por la situación del club ha sido un fondo tailandés, algo que el presidente, Modesto García, califica de pintoresco.

Sí tiene más visos de prosperar la posibilidad de un grupo gallego. Un representante se reunió recientemente con los dirigentes rojillos y quedaron en volverse a encontrar en próximas fechas. Este representante no quiso desvelar qué personas tiene detrás, pero sí subrayó que tiene apoyos.

Es ésta de largo la opción que más gusta en la casa Couto, porque cumple ese precepto de proximidad que tanto se valora. "Cuanto más cercano, mejor", ha repetido machaconamente García, que siempre ha repetido que "el club está en condiciones de ser exigente".

La primera posibilidad ya queda lejana, un grupo brasileño que no pasó de una mera toma de contacto. Todos ellos exigen una cláusula de confidencialidad, porque cuando hay dinero en juego las cosas se ponen serias.

Mientras, los dirigentes de la UD Ourense esperan pacientemente a que la Xunta dé el visto bueno a las modificaciones en los estatutos que se hicieron en la última asamblea extraordinaria, hace ya dos semanas. Ésta o la próxima debería ratificarlos o solicitar cambios.