La localidad barcelonesa de El Prat de Llobregat es el punto de destino, esta noche, de un Río Ourense Termal que intentará salir a flote después de dos derrotas consecutivas. No es una salida con el glamour de la anterior, a Sevilla contra el Betis, pero sí tiene la misma complicación. O más. Ya alertó de ello Gonzalo García durante la semana, la frialdad de un pabellón minúsculo, la poca asistencia de público, menos minutos de calentamiento porque poco antes acaba un partido de la base... De esos partidos en los que cuesta meterse en faena.

El algodón no engaña y dice que los barceloneses, antepenúltimos, descenderían si la temporada acabase el domingo. Dos victorias les separan del cuarto por la cola, sus vecinos del segundo equipo del Barcelona, y una más de Canoe y Coruña. Pero todo tiene sus matices.

Lo primero, cinco de las siete victorias las ha sumado el Prat como local, esa caja de cerillas en la que sudaron la gota gorda para no salir derrotados los dos grandes trasatlánticos, Betis y Bilbao. 88-90 ganaron los sevillanos, algo más holgado, 66-73, los bilbaínos. En el intento también murió el Oviedo, segundo, 79-78. Melilla tampoco se exhibió, 73-77; y Palma, último asaltante del Paco Paz, se complicó el play off por un patinazo en Prat, 85-83. Sólo Palencia arrasó allí, 55-98.

Los catalanes apenas ganaron un partido en las primeras 15 jornadas, contra el Coruña. Sí cantaron victoria en las dos últimas de la primera vuelta. Es en la segunda en la que se han puesto las pilas, sobre todo los últimos partidos, cuatro triunfos en los siete más recientes, con Valladolid como otra víctima ilustre y Cáceres en el dudoso honor de sparring, 95-66 encajaron los extremeños.

Final polémico

El último resultado fue una ajustadísima derrota en Palencia, 64-63, con un final de partido muy protestado por los barceloneses.