El necesitado Celta de Fran Escribá no renuncia a la sorpresa en el reestreno de Zidane, que esta tarde (Santiago Bernabéu, 16.15 horas, BeIN LaLiga) acude al rescate del conjunto blanco tras el despido el pasado lunes de Santiago Solari. El regreso de Zizou, el técnico que lideró la etapa más brillante de la historia reciente del club blanco, supone todo un reto para los celestes, que se niegan a pagar los platos rotos de la eliminación en la Copa del Rey y en la Champions del conjunto madridista y ven el choque como una buena oportunidad para rearmarse de cara al triple compromiso que le espera a la vuelta del parón de selecciones (Villarreal, Huesca y Real Sociedad), decisivo para la permanencia.

En las actuales circunstancias, con el efecto antidepresivo que ha generado en el plantel y la afición madridista la vuelta de Zidane y el Celta en su momento más bajo del curso, angustiado y sin gol, todo lo que sea puntuar en el Bernabéu será bienvenido por el conjunto de Escribá, cuyo principal objetivo es salir fortalecido de un campo en el que tan solo ha sido capaz de ganar media docena de veces en cincuenta y dos visitas.

Más que salir de descenso esta jornada -los celestes superan en un punto al Rayo y en dos al Huesca y marchan uno por debajo de Villarreal y Valladolid-, la idea es no perder terreno y salir fortalecido del Bernabéu plantando cara a uno (por mal que esté) de los gigantes de LaLiga en un partido en el que los blancos se van a dejar la piel para reconciliarse su desencantada afición. Después de encadenar cuatro derrotas en casa en diferentes competiciones y sin otro objetivo que concluir lo más dignamente posible LaLiga, el Real Madrid no puede permitirse otra decepción. Y la contratación de Zidane parece haber sido el mejor antídoto contra la depresión.

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Pero aunque el estadio blanco ha sido esta temporada más asequible que nunca, ganar esta tarde en Chamartín, va a requerir una gran versión del Celta. Una que hace mucho tiempo que no se ve.

La llegada de Fran Escribá al banquillo ha proporcionado algo de orden al equipo, pero apenas ha mejorado su juego ofensivo, que sigue acusando en exceso la baja de Iago Aspas. Sin el moañés en el campo, al Celta le duele el alma. Nadie intimida ya a las defensas rivales. El equipo se achica, las ocasiones escasean y los goles brillan por su ausencia. Así ha ocurrido en los últimos tres partidos (Betis, Levante y Alavés) en los que el Celta, que no hace mucho presumía de pegada, se fue de vacío. Y lo que es casi peor, la escuadra viguesa apenas ha sido capaz de marcar en jugada uno de los ocho goles que ha anotado en los últimos diez partidos. Por eso, tras reordenar la retaguardia volviendo a la defensa de cuatro hombres, Fran Escribá pretende que su equipo dé esta tarde un paso al frente también en ataque. Ello pasa necesariamente, según reconoció ayer el técnico valenciano, por mejorar en la elaboración del juego, dando rapidez y sentido a la circulación de la pelota. Tal misión requerirá algunos cambios con respecto al equipo que perdió contra el Betis. Escribá lo ha confirmado. El primero de ellos estará obligado por la ausencia de Hugo Mallo, sancionado por tarjetas.

Kevin Vázquez, que ya suplió con buenas prestaciones al capitán frente a la Real Sociedad y el Getafe, será la apuesta del técnico valenciano para el Bernabéu. Néstor Araújo y David Costas apuntan a la titularidad en el eje defensivo, sin descartar otras opciones como Wesley Hoedt o Gustavo Cabral, a los que el técnico también ha probado esta semana.

El preparador celeste quiere tener a todos enchufados para los decisivos partidos que se vienen tras el paréntesis liguero y no quiere transmitir al grupo la sensación de que su once es inamovible. Pero si para el eje de la zaga el técnico contempla diversas opciones, la ausencia una vez más en la convocatoria de Lucas Olaza deja el lateral izquierdo en manos de David Juncà. En medio campo, Okay y Lobotka parecen partir con cierta ventaja, pero tanto Fran Beltrán como Jozabed Sánchez o Mathias Jensen cuentan con posibilidades.

Por lo que respecta al frente ofensivo, la única seguridad es Maxi Gómez. El uruguayo será la referencia en punta de un línea en la que probablemente también estarán Brais Méndez y Sofiane Boufal y de la que se cae seguramente Ryad Boudebouz, irrelevante el pasado sábado con contra su exequipo, en beneficio de Pione Sisto. Andrew Hjulsager, que vuelve a la lista, y el portero Sergio Álvarez completan la expedición del Celta para el Santiago Bernabéu.

Zidane dirigirá esta tarde frente al Celta su partido número 150 con el Real Madrid, adonde ha regresado esta semana para rescatar al gigante blanco de una decepcionante temporada que ha devorado a Julen Lopetegui y a Santiago Solari.

Eliminado ya de la Copa y de la Liga de Campeones y sin opciones de optar al título en LaLiga, el objetivo del técnico galo es concluir el curso con dignidad, garantizando su clasificación del equipo para la primera competición europea y, si alcanza, disputando la segunda plaza al Atlético de Madrid. Con un ojo ya en la próxima campaña, Zidane se propone recuperar a futbolistas otrora importantes como Marcelo o Isco, cuya aportación ha sido este curso irrelevante.