El Celta ha acertado en la elección del entrenador al que el club vigués le ha encomendado la misión de sacar al equipo del atolladero. Así de seguro se expresa Roberto Lago al referirse a Fran Escribá. El vigués habla con conocimiento de causa, pues lo tuvo como entrenador en Getafe, en la temporada 2015-16. El excéltico valora la capacidad del valenciano para transmitir sus ideas a los futbolistas, así como la experiencia de haber dirigido a equipos de Primera División y en circunstancias similares a las que se encuentran los celestes. "Es una buena elección, una decisión acertada", subraya quien se formó como futbolista en la cantera del Celta, con el que ascendió a la máxima categoría en 2012 y que después de tres temporadas en el Coliseum Alfonso Pérez se marchó a Chipre, donde ganó dos títulos de Liga con el APOEL de Nicosia, además de disfrutar de la experiencia de la Liga de Campeones que incluso le llevó a enfrentarse al Real Madrid.

"Estuve un año con él y tengo buenas palabras hacia su persona. Es un entrenador que transmitía su mensaje bastante bien. La primera vuelta del campeonato la hicimos muy bien, pero luego los resultados no acompañaron y eso quizás precipitó su salida. Pero el trabajo realizado por él fue excelente. Para mí es una buena elección, acertada, dado que conoce este tipo de situaciones: LaLiga, a los rivales, sobre todo con los que te la vas a jugar, a los futbolistas? Es un entrenador contrastado, con grandes conocimientos tácticos y que trata muy bien al futbolista", apunta Roberto Lago sobre un Fran Escribá al que no ha podido saludar todavía, pero con el que ha cruzado mensajes estos días. "Subiré a A Madroa a verlo. Ahora estará a cosas más importantes que atenderme a mí", comenta con una sonrisa.

Escribá aboga por el "compromiso colectivo" como vía para alcanzar éxitos, según Lago. "Es un entrenador capaz de transmitir su enfado sin tener que levantar la voz. No creo que por gritar o por alzar la voz se transmita mejor el cabreo y llegue mejor a los jugadores. Tiene su carácter, es un entrenador que exige rendimiento individual para que se beneficie el colectivo; y así es cómo tiene que ser. Pero en esta situación, creo que será pragmático, práctico, con mensajes cortos y positivos para levantar al equipo anímicamente. En eso es muy bueno y seguro que consigue levantar el ánimo a todo el mundo", incide el futbolista nacido en el barrio vigués de O Calvario.

Con Escribá, el Celta posiblemente afronte los partidos con el 4-2-3-1 como dibujo táctico habitual, pues carece de extremos. Roberto Lago explica: "En el Getafe jugábamos un 4-4-2 con dos mediocentros por delante, que teniendo en cuenta el partido o el tipo de rival ponía a dos de corte más defensivo o más ofensivo. Iba variando mucho las posiciones y ese dibujo también variaba, como jugar con dos puntas pero uno por delante y otro por detrás. Le gustaba mucho que jugásemos juntitos. Es un entrenador que le gusta el equilibrio. Al fin y al cabo, el fútbol es hacer goles y no recibirlos. La clave está ahí. Y en eso él lo hace muy bien. Tiene su seña de identidad que a unos le gusta y a otros no, pero él apuesta por lo suyo y te hace creer en ello. Y aparte es un entrenador que sabe escuchar al jugador", subraya el lateral zurdo.

Y Lago incide en la idea táctica de su ex entrenador: "Cuando no recibes goles quiere decir que vas a sumar siempre, pero él no renuncia al ataque. En la etapa del Getafe había momentos en los que practicábamos buen fútbol, aunque eso también te lo da el corte de futbolistas que tengas. El Celta tiene jugadores que necesitan tener el balón, como Lobotka, Iago Aspas?.Hay gente que va a querer tener el balón y el partido te va a ofrecer esas oportunidades y él en ningún momento corta eso. Él quiere que el equipo juegue, que sea valiente, que los extremos ataquen, le gusta gente rápida arriba...".

Roberto Lago también destaca que Escribá cuide aspectos como las jugadas de estrategia. "Los vídeos que nos ponía eran cortitos, concisos, el mensaje perfecto. Además es muy bueno a la hora de la estrategia, del balón parado, que es fundamental para partidos que a veces parece que no se van a abrir y eso te lo permite. Me parece muy buen entrenador, tengo un buen recuerdo de él: hablábamos incluso de Vigo porque tiene inquietud de hablar con sus jugadores más allá del fútbol, pero cuanto tiene que apretar aprieta. Es un entrenador que si te tiene que decir las cosas te las dice. Me gusta su manera de ver el fútbol, pero sobre todo la manera de llevar al jugador. Al fin y al cabo, el fútbol en un vestuario es convivencia, estás mucho tiempo con las personas y él es un buen gestor del grupo. A mí me gusta", añade.