Emre Mor vuelve a entrenar con el Celta después de trabajar en solitario durante un mes al ser apartado del equipo por el club debido a una nueva indisciplina. El futbolista turco tendrá que ganarse la confianza de un Miguel Cardoso que le dio la titularidad en el primer partido que dirigió a los célticos, aunque el portugués acabó relegándolo al banquillo y después a la grada por su poca implicación en el proyecto deportivo. Así, la última vez que Mor se enfundó la celeste fue el 19 de enero pasado ante el Valencia. Disputó los 19 minutos finales del encuentro. Tres días después reincidió en un nuevo acto de indisciplina (el club nunca ha querido desvelar los detalles). Fue apartado del equipo y obligado a entrenar en solitario y en horario diferente al de sus compañeros. Desde entonces, solo se tuvieron noticias del jugador a través de los singulares mensajes que ha ido publicando desde su cuenta personal en Instagram, donde también ha dejado patente su afición a videojuegos como el Fortnite.

El club colgó ayer en su página web la nueva de la incorporación de Mor a los entrenamientos en A Madroa, sin entrar en más detalles. Se pone fin así a otro incidente del segundo fichaje más caro de la historia del Celta (12,5 millones de euros abonó en verano de 2017 al Dortmund).

El futbolista, que el verano pasado cumplió 21 años, fue una de las grandes promesas del fútbol europeo, pero siempre se ha mostrado por debajo de esas expectativas. Nunca ha sabido explotar la enorme velocidad que posee en carrera con el balón pegado al pie y su excelente capacidad de desborde.

No demostró lo que se esperaba del internacional turco durante la temporada pasada (27 partidos, 1 gol y 3 asistencias) con Juan Carlos Unzué. Su sucesor, Antonio Mohamed, pronto se cansó de su indisciplina, a pesar de que el técnico argentino se presentó en Vigo convencido de que Emre Mor sería una pieza importante en el conjunto celeste. Incluso apuntó que intentaría situarlo como mediapunta, para aprovechar su regate y explosividad junto a la creatividad y la capacidad de remate de Iago Aspas. Compañeros como Brais Méndez o Sofiane Boufal le apartaron de la titularidad. Sin protagonismo en el equipo, fueron acentuándose sus problemas con el cuerpo técnico.

El nuevo entrenador tampoco le concedió mucho margen ante la gran competencia en la plantilla y la difícil situación del equipo. Cardoso le dio la titularidad en Anoeta pero el futbolista turco nacido en Dinamarca tampoco aprovechó la enésima oportunidad. Problemas de puntualidad acabaron con la confianza del entrenador luso. El club le buscó una salida en el pasado mercado de invierno.

El 22 de enero pasado, Emre Mor volvió a saltarse las normas del vestuario y como castigo el club decidió apartarlo por tercera vez desde que firmó por el Celta. La sanción disciplinaria (se desconoce la cuantía económica) ha durado 34 días. El lunes por la tarde, el futbolista lanzó un enigmático mensaje por Instagram: "No days off" (No hay días libres), mientras corría sobre una cinta. Ayer apareció con una amplia sonrisa en el campo de entrenamiento de A Madroa junto al resto de jugadores. Era la primera vez que trabajaba con Wesley Hoedt, Ryad Boudebouz y Lucas Olaza, incorporados en el mercado de enero.

"Este es mi momento", apuntaba Mor cuando comenzaban a irle algo bien las cosas en Vigo. La frase siempre tuvo una caducidad exprés. Ahora vuelve a empezar. Le restan 13 partidos de Liga. No le resultará sencillo ganarse la confianza de Cardoso.