La plantilla del Celta regresa a los entrenamientos en A Madroa con un ojo puesto en el siguiente compromiso liguero, que llevará al conjunto de Miguel Cardoso a Mendizorroza para medirse a un Deportivo Alavés situado en puestos europeos. El duelo frente al cuadro que dirige Abelardo Fernández supone todo un desafío para los celestes, que tendrán que sobreponerse al golpe moral de la recaída de Iago Aspas y digerir al tiempo el varapalo que ha supuesto la derrota (en otro pésimo partido) frente al Levante para intentar ganar en uno de los campos que todavía se le resisten al Celta en Primera División.

La buena noticia para Miguel Cardoso es que ya podrá contar con Maxi Gómez, ausente por sanción el pasado sábado contra los granotas tras ser expulsado con la doble amarilla más rápida de la historia en el campo del Getafe.

El regreso del artillero uruguayo, autor de nueve goles esta temporada, modificará con toda seguridad el once del entrenador celeste, que podría también variar el sistema de juego en Vitoria.

Con el equipo al borde de los puestos de descenso y el pellejo de nuevo en juego, el técnico portugués parece decidido a crecer desde la seguridad defensiva, un aspecto del juego que continúa siendo la gran asignatura pendiente del Celta esta temporada.