El Celta ha regresado a los entrenamientos pensando en reconducir su delicada situación clasificatoria (decimoséptimo en LaLiga) tras encadenar tres derrotas y sumar uno de los doce últimos puntos en juego. La vulnerabilidad del sistema defensivo lastra al equipo de Miguel Cardoso, que explora nuevas fórmulas en la retaguardia mientras desde el club rastrean el mercado en busca de un defensa polivalente (central y lateral) para incorporarlo a la plantilla antes de que finalice el mes de enero. Los célticos han encajado 32 goles en la primera vuelta del campeonato, lo que les convierte en el cuarto equipo de la división con peor defensa y el segundo menos consistente a domicilio (20 tantos).

Mientras la dirección deportiva que encabeza Felipe Miñambres busca un refuerzo para la defensa, Cardoso ensayaba en la mañana de ayer en A Madroa con Okay Yokuslu como pareja de centrales junto al mexicano Néstor Araújo. Fue durante el partidillo que organizó el técnico portugués con todos los disponibles de la plantilla, a los que se añadió Dennis Eckert, el delantero del filial que vuelve a ser un habitual en las convocatorias del primer equipo. En esta ocasión, el hispano-alemán aprovecha la baja por lesión de Aspas para seguir disfrutando de minutos en la máxima categoría.

La otra línea necesitada de efectivos es la defensa, tras la marcha de Júnior Alonso a Boca Juniors y los problemas musculares de David Costas. Así, para completar dos formaciones en el entrenamiento de ayer, Cardoso recurrió a Okay, mientras enfrente juntó a Cabral con Roncaglia. Este último también está a la espera de emprender una nueva etapa profesional, probablemente en Brasil, después de no contar para el técnico del Celta.

De los cinco centrales que comenzaron la temporada con Antonio Mohamed, el Celta ha pasado a disponer únicamente de tres en este comienzo de 2019: Araújo, Cabral y Roncaglia, aunque éste ya prepara las maletas. La precariedad de efectivo se ve acentuada por el bajo rendimiento del equipo en la parcela defensiva. Doce goles acumulan los célticos en las siete jornadas de Liga que ha dirigido Cardoso hasta el momento.

Preocupa en las últimas jornadas la facilidad con la que los rivales consiguen superar a Rubén Blanco. Los datos son elocuentes: el Celta concede un gol cada 2,67 remates que le hacen a su portero. La situación se complica todavía más en los partidos como visitante. Ahí, los célticos se muestran como el segundo equipo más vulnerable de LaLiga, con 20 goles encajados en las nueve salidas que han realizado en la primera vuelta del campeonato. En la última, en Vallecas, encajaron cuatro.

La defensa tan adelantada que ordena Cardoso pone en evidencia la lentitud de algunos de los zagueros del Celta. La situación se ha agravado con la ausencia de David Costas. De ello se aprovecharon Williams, para servir en bandeja la victoria al Athletic Club en Balaídos, y Raúl de Tomás, para regalarle un triplete al Rayo Vallecano.

Con el central de Chapela sin poder reaparecer hasta mediados de febrero, como mínimo, Cardoso y el club buscan remedios. El técnico ensayando con Okay como central y la secretaría técnica peinando el mercado en busca de un futbolista que pueda desenvolverse por el centro y por los costados, donde también se aprecian importantes carencias. Mientras bajan las prestaciones de la defensa, suben las preocupaciones en el Celta.