La tarcera jornada de la liga LEB Oro depara en horario matinal el partido que enfrenta al Barcelona Lassa B y al Club Ourense Baloncesto a las 12.00 horas en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, con el arbitraje de Daniel Cervantes, Alberto Rodríguez y Víctor Cajide. Un partido con las fuerzas equilibradas en el que el filial barcelonista, entrenado por el ourensano Diego Ocampo, quiere sumar la primera victoria después de empezar con dos derrotas ante el Cáceres (64-68) y Palencia (86-83).
Firmemente convencido de la importancia de contar con un filial directo en la competición, el FC Barcelona ha reforzado esta temporada su apuesta por la formación con un renovado proyecto en el que el entrenador Diego Ocampo ha asumido los mandos del vestuario. Un equipo en el que la madurez y consolidación de sus principales talentos de futuro convivirá con los primeros pasos de las estrellas llegadas el pasado verano.
Con los universitarios Pol Figueras, Aleix Font, Sergi Martínez y Outomane Diagne formando ya parte de la pretemporada del primer equipo se completa el plantel con Kari Jonhsson, Leandro Bolmaro, Maxín Esteban, Jaime Fernández, Tyler Rawson y Nikola Zizic. "Hay chicos que ya llevan tres años en LEB Oro como Pol Figueras y cada año mejor", apunta el técnico cobista, Gonzalo García de Vitoria, sobre el rival de hoy.
"Juega el bloqueo directo de manera excepcional y saca unas ventajas increíbles. Diagné en breve será un buen jugador ACB porque tiene un físico increíble y se ha trabajado muy bien con él. Hablamos de Aleix Font pero también hay que nombrar a su hermano. Sergi Martínez también cada año más maduro. Hay que intentar apagar muchos fuegos, una son los tiros de tres, otro el juego de bloqueo directo, frenar las segundas opciones de Diagné. Para un día de entrenamiento, son muchas cosas a entender", previene el bilbaíno.
El comienzo de la temporada no está siendo tranquilo para los cobistas por la lesión de Pol Molins, que será baja para toda la temporada -el club ya está buscando un repuesto- y por las secuelas que dan dos desplazamientos en autobús a Granada de 1.834 kilómetros entre la ida y la vuelta y a tierras catalanas para cubrir otros 2.122 kilómetros en total. Con esta carga añadida a final de temporada, el cansancio puede hacer mella.
