Con el debut el pasado domingo en liga del centrocampista Óscar Fondevila comenzaron a cerrarse las heridas de la pretemporada de la Unión Deportiva Ourense. El otro gran damnificado de la puesta a punto, Luis González, volvía ayer a entrenarse con el grupo con el objetivo de cerrar un incómodo paréntesis que se abrió el 28 de julio, cuando se dañó el ligamento de un dedo del pie en un partidillo en Os Remedios.

"Empecé hace dos semanas a meterme en la primera parte de los entrenamientos y me noté bien, solo tenía una pequeña molestia en los cambios de dirección y en salidas -recuerda el jugador sobre la parte final de su recuperación, tras un mes largo sin balón-. Hice una prueba hace una semana y pico y me dijeron que la evolución había sido muy buena. Por precaución le di un tiempo más de reposo, trabajando con el fisio sin meterme en el grupo, y hoy -por ayer- voy a probar desde el principio". Luis entiende que esa molestia puede durar "cierto tiempo", pero espera que con un vendaje no le dé la lata ni le impida competir "pronto".

Con el alta en el bolsillo, el de Cambeo reconoce que ahora toca ponerse a tono. "Trabajé mucho con el fisio, hice muchos circuitos de fuerza, y por lo menos me noto bastante bien, pero me falta el ritmo de partido, el real, esa exigencia de competir en partidillos. Habrá que esperar un par de semanas más", apunta Luis.

Asume que, por el momento, no está fácil entrar en la convocatoria por la competición y por el rendimiento que está ofreciendo el conjunto entrenado por Fernando Currás. "Por lo que veo en los entrenamientos, todo el mundo trabaja comprometido y súper metido en las tareas y en lo que se pide. Eso se refleja el domingo en el campo. El equipo está siendo competitivo y, por suerte, estamos defendiendo muy bien y no encajando. Estamos organizados, teniendo ocasiones. Les veo muy bien, pero no vale relajarse ni dormirse", advierte.