El estadio de O Couto registró una magnífica entrada en una tarde que invitaba a vivir del aire acondicionado. El público fue previsor y durante los días y las horas previas se pasó por las oficinas para tramitar la renovación o el alta y evitar incomodidades de última hora. Después del estreno en casa, la UD Ourense camina firme hacia su récord de socios y abonados al quedarse ayer en 1.275 con prácticamente todo el mes de septiembre, el de mayor incidencia en la venta de carnés, por delante.

Al principio se destacaron en el ánimo los de siempre. Pero a medida que el equipo acumulaba méritos para hacerse con la victoria, el resto de la Tribuna, mucho más comedida en su apoyo, quiso dar su empujón. Achuchó al árbitro, sobre todo tras la caída de Adrián ante el meta visitante Marcos al filo del descanso, y hostigó tanto al portero en sus saques como a Gerardo, que tuvo un roce con Presas y Arce que no fue a más para completar el entrenamiento que le daba el equipo local.

Los cambios también fueron muy aplaudidos. Con el segundo entró al campo David González, hijo del que fuera capitán del Deportivo y exjugador del Ourense en 2001, José Ramón. Apenas necesitó tiempo para generar el penalti que esta vez sí pitó el árbitro lucense. En el momento cumbre del partido, la fortuna eligió al Somozas. La grada enmudeció unos instantes.

No quedó mucho más que dos avisos del Somozas, al que la acción de su portero revitalizó, y otro uy en una ocasión de Hugo, pero el público supo agradecer el esfuerzo de su equipo cuando ya sonaba el himno de Club Deportivo Ourense, en homenaje a lo que le da sentido a todo.