Fueron solo los minutos de la prolongación, cuando el Huesca defendía con uñas y dientes la victoria en el campo del Eibar en su histórico debut en Primera División. El entrenador del conjunto oscense, Leo Franco, ya había realizado dos cambios y, para el último, eligió a David Ferreiro Quiroga (Baños de Molgas, 1-4-1988).

El habilidoso atacante festejaba el ascenso a la máxima categoría el pasado 21 de mayo en el Anxo Carro de Lugo y, el 19 de agosto, jugaba sus primeros minutos entre los mejores. Hace ya 13 temporadas que daba el salto al fútbol profesional en el Club Deportivo Ourense, debutando el 3 de septiembre de 2006 en un partido de Segunda B contra el Pájara Playas en el campo de A Moreira de Xinzo (O Couto estaba en obras).

Ferreiro no se haría con la titularidad hasta el curso siguiente, que acabaría con el descenso de los rojillos a Tercera. Hizo las maletas y se embarcó en tres proyectos de bronce en el Atlético Ciudad Lorquí, el Zamora y el Cádiz, al que llegó cedido por el Granada. No pudo ascender a la categoría de plata, pero le fichó el Racing de Santander para Segunda en la temporada 2012-2013. Retrocedió a Segunda B con los del Sardinero y también lo haría con el Hércules, pero el Lugo de Quique Setién le devolvió a Galicia y le permitió seguir en Segunda, logrando dos permanencias. En 2016 escuchó la propuesta del Huesca y dos años después ha hecho realidad el sueño de ascender y debutar en Primera División.

Con su estreno en Ipurúa se cierra un paréntesis de ocho años sin debuts de ourensanos en la máxima categoría. El último fue el lateral Diego Seoane con el Deportivo de La Coruña el 20 de marzo de 2010. Recogía el testigo dejado seis años antes por Borja Fernández, que debutó en el Real Madrid contra el Villarreal. Tenía 22 años, uno más que Diego Seoane el día que se bautizó en Primera. El azar les hizo coincidir en Riazor.