Sonríe Antonio Mohamed, a quien el verano se le había avinagrado con la lesión de jugadores importantes. Okay Yokuslu y Maxi Gómez recibieron ayer el alta médica. Han podido trabajar con total normalidad junto al resto de sus compañeros. El entrenador dispondrá de ellos y podría incluso alinearlos desde el inicio mañana ante el Espanyol, lo que parece más probable que suceda con el turco que con el uruguayo. La presencia de Okay dotaría de consistencia a un equipo que se ha mostrado frágil en los ensayos y que llega con muchas dudas a una cita especialmente difícil en tiempos recientes. El Celta solo ha logrados tres victorias en los doce estrenos ligueros que ha protagonizado con Carlos Mouriño como presidente.

Ganar el partido inaugural de la Liga se ha convertido para el Celta en una misión complicada durante la "era Mouriño". Su predecesor, Horacio Gómez, se acostumbró en cambio a debuts plácidos. No volvió a perder ninguno desde el 0-1 ante el Oviedo de 1999. Se ganaron los tres siguientes (0-2 y 0-3 en Pamplona, 0-1 al Sevilla); se empató en el ejercicio que acabaría con descenso (1-1 en Balaídos ante el Murcia). Con Fernando Vázquez hubo victoria tanto en Segunda (0-1 en Almería) como en el retorno a Primera (2-0 al Málaga).

Los malos resultados que presidieron la primera etapa del mandato de Mouriño arrancaron siempre desde el primer encuentro liguero: el 2-3 ante el Barcelona, también con Vázquez en el banquillo, inició la campaña del descenso. Después, un empate (1-1 con el Córdoba) y dos derrotas (0-1 con el Girona, 1-2 con el Numancia). La mala racha ni siquiera se quebró con Herrera, que perdió 1-2 ante el Barcelona B en la temporada del play off perdido en Granada. Al menos el Celta ya había despertado y al año siguiente comenzó en Murcia (1-3) el camino de vuelta a la máxima categoría.

Ya en Primera, derrota con Herrera (0-1 con el Málaga), empate con Luis Enrique (2-2 con el Espanyol) y la derrota de la pasada campaña con Unzué (2-3 ante la Real Sociedad). Entre el nuevo seleccionador español y su antiguo ayudante, un Berizzo que también rompió moldes en esto: dos victorias (3-1 al Getafe, 1-2 al Levante) y una derrota (0-1 con el Leganés).

El Celta, en resumen, ha sumado tres victorias, dos empates y siete derrotas en el debut con Mouriño de presidente, pese a haber disputado diez de esos doce encuentros en Balaídos; escenario del encuentro de mañana y con un rival que ya amargó la fiesta de 2013 y también ha sido capaz de empatar en sus dos últimas visitas (en ambas ocasiones, por 2-2).

La pretemporada incrementa el pesimismo estadístico. El Celta ha firmado tres empates y dos derrotas en sus amistosos; el Espanyol ha ganado sus seis, el único equipo español que ha hecho pleno. Obviamente la categoría de los rivales condiciona este análisis. Y al cuerpo técnico que comanda Antonio Mohamed no le han dolido tanto los tropiezos como la dificultad para avanzar en la construcción de la escuadra por culpa de las lesiones.

Jugadores importantes, claros candidatos a la titularidad, han sufrido problemas físicos de cierta duración. Rubén Blanco aún se está recuperando la de rotura muscular que sufrió durante un entrenamiento; la misma lesión que Jensen, que ya fue fichado así, y Juncá, que se rompió en el último compromiso, ante el Mainz. Roncaglia está de baja desde que se lesionó ante el Braga. También Boufal estuvo parado por un esguince de tobillo y Emre Mor acumuló diversos contratiempos en las primeras semanas de trabajo.

Fue también en Braga donde Okay se produjo un fuerte esguince de tobillo. El celtismo solo ha podido disfrutarlo en acción ante el Córdoba y durante escasos minutos en el municipal bracarense. Ha bastado para vislumbrar en él las cualidades que han enamorado a los miembros de la dirección deportiva.

Nadie duda de que Okay, a poco que responda, será una pieza imprescindible en el engranaje que organice Mohamed. El turco debe ser el pivote de referencia, que guarde la posición y acuda a las emergencias. Su presencia debería liberar a Lobotka. Okay cubre mucho campo, es rocoso en la colisión y eleva el nivel céltico en el juego aéreo. Aunque la mejoría defensiva que tanto obsesiona a Mohamed depende de los mecanismos colectivos, el despliegue de Okay y su inteligencia táctica ayudarán a coser mejor las líneas.

En tales circunstancias, con el Celta apenas hilvanado y repleto de dudas, todo apunta a que Mohamed estudiará con especial cuidado el estado de forma de Okay en el último entrenamiento, que se realiza esta mañana a puerta cerrada en A Madroa. Si el centrocampista ofrece el nivel mínimo necesario, será titular.

Beltrán o Brais Méndez

Con Lobotka como inevitable socio, faltaría por saber quién completa la medular en un dibujo que se anticipa como 4-3-3 (sin Juncá y con Mazan fuera de la ecuación, no hay carrileros zurdos para el 5-2-3). Puede ser otro medio intenso como Beltrán o alguien más creativo como Brais Méndez.

También ha recibido el alta Maxi Gómez. Pero parece más complicado que el uruguayo pueda ser titular mañana. Se incorporó con retraso a la pretemporada por disputar el Mundial, en el que además sufrió el esguince de rodilla que lo ha tenido hasta ahora en el dique seco. Eckert opta al puesto; si no, jugará Iago Aspas de nueve, abriéndole un hueco en el tridente ofensivo a Mor o Boufal.

En cuanto a la retaguardia, y con Mallo inamovible, Araújo y Cabral parecen tener más opciones que Costas. En el lateral izquierdo se espera a Júnior Alonso. Aunque acaba de llegar del Lille y durante su etapa en Francia ha actuado más como central, su agresividad, oficio y buen tono (acumula una semana más de trabajo, ya que la liga gala empezó el pasado fin de semana) lo convierten en el remedio adecuado. Especialmente porque a Mohamed, que ayer charló durante casi una hora con su plantilla dentro del vestuario, no le preocupa tanto ahora mismo la profundidad que el lateral izquierdo pueda alcanzar por su banda como su fiabilidad en la contención.