- ¿Cuál es el reto inmediato?

- Los equipos están empezando la pretemporada. Los séniors llevan 15 días y pronto jugarán los primeros amistosos. Además, los días 7, 8 y 9 de septiembre se jugarán los play offs. En Ourense organizamos el cadete masculino y femenino y es una responsabilidad. Los gastos no es que sean muchos, pero hay que pedir instalaciones, preparar a los niños. El otro día me decía uno: jugamos en casa y tenemos que ganar. Le dije que lo fundamental era disfrutar, pasarlo bien y que el mayor número de gente posible vaya al pabellón a apoyar. Quintana hacía estas cosas a la perfección y te impones a ti misma estar a su nivel.

- ¿Cambia mucho la estructura de entrenadores?

- Menos en el sénior masculino, el resto se mantiene (Félix Mojón se fue a dirigir al A Cañiza de Primera Nacional). Traer gente de fuera es muy costoso. En las escuelas siguen Zarra y Aarón y en el primer equipo se estrena Víctor Novoa. Lleva toda la vida vinculado al Pabellón como jugador y será el nuevo entrenador, aunque intentará hacer las dos cosas.

- ¿El ascenso a Nacional del Carnes do Ribeiro es un estimulo para el balonmano?

- En Ourense hay tres equipos, el Campus Auria, el Ribeiro y el Pabellón, y esperemos que le den auge y los niños se fijen un más en el balonmano. Unos trabajan más las escuelas, nosotros tenemos equipos en todas las categorías y el Ribadavia destaca en los séniors, aunque también está trabajando mucho la formación. Entre todos trataremos de luchar por la continuidad y con los más pequeños ya se ha conseguido una liga competitiva y equilibrada, con dos equipos por categoría de los tres clubes, en la que los niños se lo pasan muy bien.