El Celta aspira esta semana a "cuadrar el triángulo" en la Copa. En una pirueta circense, invocando el más difícil todavía, el conjunto que dirige Juan Carlos Unzué aspira a eliminar al Barcelona en la Copa del Rey tras tumbar en las dos últimas campañas al Real Madrid y al Atlético de Madrid.

El vigente campeón copero es el último escollo que se interpone en el camino del Celta para completar un hito histórico: dejar fuera del torneo, del k.o. a la Santa Trinidad del campeonato español. La eliminación del Atlético y el Madrid permitió a los celestes alcanzar, de la mano de Eduardo Berizzo, dos semininales consecutivas en su competición fetiche.

Juan Carlos Unzué se propone repetir frente a su exequipo la gesta firmada por su predecesor en las dos últimas campañas. No va a escatimar esfuezos ni recursos para lograrlo. El Celta es, de hecho, el equipo español que más quebraderos de cabeza le ha dado al Barcelona en las últimas campañas y el único que ha derrotado dos temporadas consecutivas al coloso azulgrana marcándole cuatro goles. Los azulagranas cayeron el pasado curso en Balaídos por 4-3 y fueron vapuleados por los celestes el curso anterior, también en el estadio vigués, por 4-1.

Aunque el cuadro barcelonés se tomó cumplida revancha con sendas goleadas en el Camp Nou (5-0 en el curso 2016-17 y 6-1 en el 2015-16), el último enfrenamiento entre ambos equipos, celebrado en noviembre pasado en el Camp Nou invita cuando menos a la esperanza. Los de Unzué presumen de ser el único equipo europeo que ha sido capaz de puntuar esta temporada en el coliseo azulgrana y también el único que le ha marcado dos goles a domicilio en una competición regular al inasequible conjunto de Ernesto Valverde, que no pierde un partido desde el pasado mes de agosto, cuando cayó derrotado frente al Real Madrid en la Supercopa de España. La vuelta en el Camp Nou obliga, con todo, a los célticos, a lograr mañana en Balaídos un resultado que les permita afrontar con garantías el segundo asalto del cruce.