Crece Iván Feijóo, uno de los campeones desde la cuna que moldean en el Club Ciclista Maceda Academia Postal Actyon MMR, con la misma fuerza que se agranda su palmarés. El ciclista de Allariz (11-4-1999) levantaba el pasado domingo en Valencia la Copa de España de ciclocross en la categoría sub 23, un logro que le hace feliz. "Era mi primer año como sub 23 y ganar ya la Copa me hace sentir muy contento", señaló. La ha saboreado incluso más que la júnior que se embolsaba hace un año: "Algo mejor sabe, porque corres con los 'capos' del ciclocross en España".

Iván Feijóo garantiza que el título compensa meses de esfuerzo y puntualiza que ni de lejos ha sido un triunfo cómodo: "Desde fuera puede dar otra sensación, pero fácil no fue. Hay mucho trabajo en el verano para llegar bien y después hay que hacer unas buenas carreras". Ganar siempre tiene el reverso del sacrificio. La competencia, en su caso, viene de lejos con el catalán Jofre Cullel. "Estamos los dos de siempre mano a mano", asevera con una sonrisa.

El éxito en la Copa de España pasa por la regularidad. El alaricano se impuso en tres de las cuatro citas antes de enfundarse el maillot blanco. "Hay que ser bastante regular, tratar de no coger alguna enfermedad o alguna pájara y disputarlas todas", indica. Se le escapó la de Laudio, pero en el deporte cuenta sobre todo el desenlace: "Fue la carrera a la que en peor forma llegamos, pero luchamos hasta el final. El objetivo de esta temporada está en enero y allí se trataba de probarse". Karrantza, Elorrio y Valencia vieron en lo alto del podio al mejor sub 23 de España.

Tras el esfuerzo, Iván Feijóo se ve fino y con apetito para lo que viene. "De momento estamos bien. Aún nos queda un poco más de trabajo en las navidades para llegar bien al campeonato de España y creo que hay un punto más para dar", promete. Al Nacional de ciclocross anuncia que acudirá con la máxima ambición. "Es el objetivo de este año. Será el primero como sub 23 y trataremos de dar lo máximo y disputar la victoria". La cita es a mediados de enero en el circuito vasco de Legazpi. "Habrá mucho barro. No estará bien, tocará sufrir y darlo todo", añade sobre sus planes. Mirando un poco más allá, a principios de febrero, aparece el campeonato del Mundo en Valkenburg, Holanda. También le tiene ganas porque el año pasado se clavó una espina en su despedida como júnior, pero el pasaporte depende de la decisión del seleccionador español. "Hay dos pruebas de la Copa del Mundo en el medio y, según salgan y el campeonato de España, el seleccionador dirá si vamos al Mundial. Me hace bastante ilusión". Mientras espera, saborea la Copa de España, que está dedicada "a los que siempre están al lado y a los que apoyan".