El Club Ourense Baloncesto compitió de tú a tú en el primer cuarto ante Manresa y fue perdiendo fuelle con el paso de los minutos, las rotaciones y la sucesión de errores individuales y colectivos. Johnson, Ahonen y Uzas fueron los pilares del ataque en el primer cuarto. El base con sus canastas en penetración y los dos exteriores con su acierto en el triple. El lituano, que volvía a jugar, demostró que al menos en el tiro de tres puntos es una referencia a tener en cuenta, aunque se le vio temeroso y pasivo en defensa. Todo ello junto a la aparición de Trist en los minutos finales bastaron para conseguir un 16-20 de parcial, tras un 0-9 a favor de los cobistas, después de superar sus primeros problemas con el rebote defensivo.
La máxima diferencia se alcanzó con la primera canasta del segundo cuarto de Trist (16-22) y a partir de ahí con las rotaciones y el paso adelante en intensidad defensiva de Manresa todo cambió. Moreno, Kohs, Ndoye, Jasen y Manzano llegaron al descanso sin aportar en ataque y el equipo en la zona sufría al conceder muchas segundas opciones de tiro al rival. Las pérdidas de balón fueron un lastre a mayores para que Manresa ya pusiese tierra de por medio al descanso, aunque pudo ser peor de no ser por un triple sobre la bocina de Ahonen (44-35).
Tras el descanso se vieron todas las carencias del COB aumentadas por la entidad del rival que tenía delante y ya no tuvo opción ni de competir. Un parcial de 11-1 en los primeros cinco minutos del tercer cuarto puso el punto final al partido. El apartado ofensivo del COB era un lastre difícil de superar porque solo Trist y Johnson eran capaces de anotar. Manzano realizó una cuarto desastroso con errores bajo canasta, como Orlov o el mismo Trist y en esta ocasión el acierto de tres desapareció. Manresa campó a sus anchas con su enorme poderío interior y con un acierto hasta ese momento inusual en el tiro de tres y la renta al final del cuarto alcanzó los 17 puntos (64-47).
El último cuarto solo sirvió para dar minutos de descanso con el partido resuelto a Johnson, Ahonen y Uzas de cara a la final del próximo miércoles ante el Barça B y para evidenciar que la llegada de Rozitis se antoja fundamental ante las deficiencias en el juego interior.
