- ¿Eligió el hockey o el hockey le eligió a usted?

- Siempre me gustó mucho practicar deporte, pero el hockey más que ninguno. Empecé en esto porque hicieron una promoción en el colegio, mi madre me apuntó y me gustó. No me venía de familia ni por nada en particular. No sabía ni lo que era.

- ¿Ayudó su altura o fue un incordio para defenderse con el stick?

- Nunca ha sido un problema. Hay esa idea de que los jugadores más pequeños son más habilidosos y, los grandes, más defensivos o de recorrido, pero desde hace unos años se empiezan a ver jugadores grandes en los equipos.

- ¿Cuál es su demarcación predilecta en el campo?

- En el Albor y en el Barrocás siempre jugué de central y ahora estoy jugando en el centro del campo o de interior caído a banda. La verdad es que me estoy encontrando a gusto. Me siento muy cómodo en el campo, pero prefiero jugar atrás.

- ¿Cómo surgió la posibilidad de dejar un club que lleva un tiempo alejado de la élite como el Barrocás para enrolarse en un histórico como el Complutense?

- Hacía dos años que habían contactado conmigo, pero estaba acabando la carrera de Educación Primaria y decidí no moverme hasta acabar bien los estudios. Acabé el año pasado, me volvieron a llamar y decidí dar el paso para aprovechar lo que me queda y para intentar hacer un buen año.

- ¿Qué vieron en usted para llevarle a Madrid?

-Creo que influyó mucho que desde hace tres años el Barrocás está en el campeonato de España de hockey sala y con muy buenos resultados. A raíz de eso, de jugar contra ellos, de verme y de que el entrenador siempre venía a hablarme, se decidirían a ficharme.

- ¿Cómo es su día a día?

- Nos dan una beca en una residencia universitaria y también me metí a hacer el grado de Pedagogía. Tengo pocas asignaturas porque hay muchas convalidaciones. Por la mañana voy a clase, por la tarde entreno a niños y de siete a diez entreno con el equipo. Tres días a la semana y dos de gimnasio. Vivo cerca de Moncloa, en el Colegio Mayor Santa María de Europa, y el campo en el que entrenamos los martes está cerca, pero los miércoles y viernes tardamos media hora en coche, que está en San Sebastián de los Reyes.

- ¿Hay queja?

- De momento me encuentro muy bien. Vivo con un compañero de Valencia y con otro de Alicante y estamos muy bien. Estoy muy contento.

- ¿No siente nada de morriña?

- Como tengo todo el día ocupado no queda tiempo para mucho, pero el fin de semana que hubo tantos incendios me dio rabia no poder estar ahí, en casa.