Manu Prol conoció la División de Honor con 19 años, cuando militaba en el Barrocás. Fue un debut premonitorio. Seis años después disfruta de la élite, aunque apostilla que ha sido a base de sacrificio y constancia. Quiere aprovechar la experiencia en Madrid para crecer como jugador y como persona y también para alimentar un sueño, los Juegos Olímpicos.

- ¿Se siente un deportista privilegiado por poder vivir del hockey hierba?

- Me siento muy orgulloso, porque es fruto del trabajo y de la insistencia, de intentar buscar lo que al final he encontrado. Me lo tomo como una experiencia y, lo que más quiero, es crecer como jugador y sobre todo como persona, que para mí es lo más importante

- ¿Cómo se ha encontrado la División de Honor después del paréntesis tras el descenso del Barrocás?

- Es una liga muy física. Hay que correr mucho y compites contra jugadores con mucho nivel. Hace dos semanas, cuando jugamos contra el Polo en Barcelona, tenían a dos jugadores argentinos que son campeones olímpicos.

- ¿En qué faceta del juego o de la preparación ha tenido que incidir más para adaptarse a la categoría?

- El salto más grande es en el aspecto físico. No es que tuviera que espabilar, pero si quieres estar como está la otra gente tienes que esforzarte. Físicamente me veía bien, pero jugaba en la liga gallega. En División de Honor tienes que trabajar mucho para estar a su nivel.

- En la segunda jornada marcó un golazo, aunque no bastó para evitar la derrota contra el Atletic Terrassa.

- Me dejaron pasar. Me hicieron el pasillo y marqué (risas). Estoy contento. Me da igual marcar o no, pero está claro que es algo que te da más confianza y te hace encontrarte mejor. Al llegar a un equipo nuevo, tienes que ir poco a poco encontrando tu sitio, para sentirte cómodo, y marcar te da confianza.

- ¿Hacia qué horizontes le gustaría que se enfocase su carrera en el deporte?

- Todo jugador de hockey quiere ir a unos Juegos Olímpicos, pero es algo bastante complicado si no entras de pequeño en las selecciones. El sueño tiene que estar siempre ahí y hay que trabajar al máximo. Aún sabiendo que es algo complicado, hay que lucharlo.