El primer partido fuera de la provincia no le dejará el mejor recuerdo a la Unión Deportiva Ourense. El estreno del cuarto proyecto, con nueve de los refuerzos en el once inicial, salió torcido ante un Valladares más cuajado y eficaz en una tarde rácana de fútbol y ocasiones. No fue un debut afortunado, en un escenario incómodo y ante un rival hecho, pero faltó en el equipo de Fernando Currás la seguridad defensiva innegociable en las ratoneras para no ir a remolque y el ingenio para remontar. Se salvó, un domingo más, la afición, que se hizo notar toda la tarde y más cuando el tropiezo ya no tenía solución.

La UD Ourense no tuvo una bienvenida amable en Preferente. Primer tiempo de fútbol tenis, con el talento diluido en agresividad y contacto sofocante. La intensidad no dejó tiempo para pensar y los errores penalizaban un pase equivocado, un control defectuoso o un despeje mal medido. A los diez minutos, Tomás remató sin vigilantes un centro desde la derecha.

El Valladares se aplicó con contundencia en sus dominios. Protegerse es el primer mandamiento, pero en el área de enfrente tenía velocidad y habilidad en Tomás y Bruno para convertir en problemas los balones bajados y peinados por su delantero Vitti o filtrados por Sancho. En la UD Ourense se salvó la combatividad de Joni por el flanco ofensivo derecho y la entereza de Germán en el tiroteo medular.

De calidad, solo destellos de Durán o de Alfredo. Suyo fue el pase que aprovechó Hugo para estirarse en el área y desviar a la red el balón. Poco más pudo hacer el delantero unionista, acaso acabar con dolor de cervicales ante tanta embestida. Si los ourensanistas tardaron en asentarse y les costó el primer gol, la digestión del empate todavía fue peor. Hasta tres veces permitieron remates en el área tras un saque de esquina que Varo acabaría aprovechando.

No tuvo tregua el primer tiempo, con ventaja siempre para el que conoce el terreno y domina el aquelarre y tiene imán para el rechace. No funcionó el balón parado de la UD Ourense. La zaga local apenas concedió faltas para que se probasen los lanzadores, aunque Germán tuvo el empate en un cabezazo en el segundo palo que sacó la defensa cuando se colaba.

La segunda parte arrancó con repliegue vigués y con los de Currás más activos. El portero Denis desvió con apuros un balón cabeceado por su propia defensa, en un intento de despeje. Empezaban a aflorar las prisas en las filas unionistas. Las imprecisiones les impedían crear situaciones claras para el empate entre una muralla de blanquiazules.

A la hora llegaron los cambios. El Valladares refrescó el ataque por la derecha con Castro y la UD Ourense se oxigenó por dentro con Bruno. Y saltó la polémica. En una caída del central Pablo Corzo en el área a la salida de un córner, los visitantes reclamaron penalti. No lo vi así un árbitro que en los primeros 20 minutos se llevó tres pelotazos por estorbar. En la última media hora ya solo se jugaba en campo local. Recuperar el balón cerca del área ya no era utópico y llegó la primera falta, con toque en corte de Bruno a Durán. Uno suelto de la barrera despejó el disparo. Los mismos protagonistas coincidieron en la ocasión del 71, un disparo raso de Durán sacado por el portero. El rechace lo mandó sobre el larguero Bruno, que tuvo que rematar de primera.

Para el arreón final la UD Ourense se quedó primero sin Bruno, que estuvo 15 minutos en el campo. La primera amarilla fue por una falta que el árbitro dejó seguir y se la guardó y la segunda por protestar otra falta en contra en la medular. Si el listón estuvo alto en la primera, en la segunda Alaoui demostró que por ahora le queda grande la categoría. A Durán le enseñó la roja directa por una disputa en el medular en la que el colegiado interpretó que un golpeo sin balón sobre el rival. Con los nervios destemplados, Alfredo tuvo la última ya en la prolongación, en una entrada por la izquierda con remate raso que no pasó del portero.