Al principio fue el sudor. La pretemporada diseñada por el entrenador del Teucro, Quique Domínguez, está siendo un anticipo de la dureza que le espera al pivote ourensano Juan Quintas en la liga Asobal. Debutará en la máxima categoría dos semanas antes de cumplir los 22 años y solo tres después de dejar la pista de Os Remedios. Su transformación física salta a la vista, pero conserva los valores que le han hecho triunfar.

- Mirando hacia atrás, le ha ido bastante bien desde que se fue.

- No me paro mucho a mirar hacia atrás porque soy más de hacerlo hacia adelante y solo quieres llegar lo más arriba posible. De niño, cuando empiezas a jugar en balonmano, quieres llegar a lo máximo, a la selección, a jugar en la máxima categoría o a marcharte fuera a competir a otro nivel. Hay que mirar hacia adelante y llegar hasta donde puedas trabajando.

- ¿Le costó tomar la decisión de marcharse?

- Tanto en Vigo como en Pontevedra estoy aquí al lado, pero como soy un chaval de familia y de amigos, el hecho de estar a una hora no impedía que los extrañase y que tuviera ganas de venirme cada día. Al final vas allí por trabajo, porque va a ser tu profesión, y tienes que aguantarte como puedas.

- El esfuerzo ha valido la pena.

- Al final, hice bien. Hice lo que tenía que hacer. Gracias a Dios estoy jugando en la Asobal, porque también lo he trabajado, y ya no merece la pena pensar que me pude quedar. Me fui y me salió bien.

- El ascenso es un culmen. ¿Se lo había propuesto cuando se marchó al Octavio?

- Cuando me fui, y me acuerdo porque estaba con un compañero cuando me llamaron, pensaba: voy a jugar en el Octavio. Y al Octavio lo conocía por jugar en la Asobal, por los jugadores que tenía, y no me planteaba si iba a jugar en División de Honor B, a descender o a ascender, pero está claro que vayas a donde vayas quieres jugar en la máxima categoría. Al final, lo voy a conseguir.

- ¿Ha pensado mucho cómo será ese primer balón que toque en la Asobal?

- Llevo ya un tiempo, desde que firmé la renovación, pensando en el hecho de que voy a jugar en la Asobal. Hace un par de años estaba jugando en Primera Nacional o en Autonómica y no me llega el momento de llegar allí, tocar la pista azul y jugar contra el Barcelona, el Ademar o los equipos grandes que de la Asobal toda la vida.

- ¿Fue un ascenso muy trabajado?

- Fue una temporada dura. Individualmente cada uno trabajamos muchísimo y, como equipo, la verdad es que formamos una gran familia. Éramos mucha gente nueva, había que acoplarse y trabajamos como animales. Al final, salió todo bien y lo conseguimos, que era lo que queríamos.

- ¿La pretemporada de Asobal cambia mucho con respecto a lo que conocía?

- Parecía que no podía ser más dura, pero lo es (risas). De hecho, cuando vimos el planning, nos miramos todos pensando, madre mía lo que nos espera. Es lo que hay, es Asobal, hay un cambio físico muy importante, tanto a nivel de ritmo como de potencia muscular, y hay que trabajar el doble o el triple que el año pasado si hace falta.

- ¿Qué le pide como plus el entrenador?

- Cuando hablé con él por el tema de la renovación ya me dijo que tenía que mejorar físicamente. La gente es más grande y más fuerte y eso es lo que me pidió desde un principio. Me dijo, tienes que mejorar muchas cosas, pero trabajas bien y las vas a mejorar. Sé que tengo que ponerme más fuerte para jugar contra este tipo de gente y después, viendo a los compañeros que tengo, voy a mejorar tácticamente, posicionalmente, en todo.

- ¿Ha cambiado mucho la plantilla teucrista para afrontar el reto de la Asobal?

- Han llegado cuatro fichajes. Uno es un pivote, que va a ser mi compañero mientras el otro está lesionado. También han fichado dos laterales zurdos y un lateral izquierdo que, la verdad, es que nos está ayudando mucho en lo que estamos haciendo en pretemporada. Nos va a dar un salto de calidad a algunos muy importante, que es lo que se necesita en Asobal, calidad y más potencia y fuerza.