"A largo plazo, como objetivo personal, me quiero especializar en la edad alevín", asegura Marcos Bello sobre el enfoque que le da a su llegada al Lugo. "Me considero un formador -argumenta- y, por mi forma de ser y de entender el fútbol, soy más de poner esa primera piedra, de ayudar a que el niño entienda el fútbol a darle pinceladas para que llegue a algo más". En el plano colectivo, el modelo formativo tiene máxima prioridad: "Que los niños mejoren, yendo paso a paso para que sean mejores jugadores individual y colectivamente a final de año", apunta Marcos Bello.

La ilusión contrarrestará el aumento de la exigencia que siempre conlleva un cambio de tercio. "Para mí supone un cambio porque pasas a trabajar más profesionalmente, en un grupo de trabajo. Ya no es tanto individual, por tu cuenta, sino que se trata de una visión más global que que la tuvimos la gran mayoría hasta ahora".

Al tratarse de un club de la Liga Profesional de Fútbol, los medios abundan y harán más fácil el trabajo. "Con el tema de estar en Segunda División, hay más recursos y se pueden dar otras condiciones de trabajo que, en el Pabellón, si pudieran también nos las darían", apunta Bello.