Paco Reguengo, entrenador del Coles desde la segunda vuelta, celebraba hace diez años un ascenso a Primera Autonómica. Uno de los muchos logros en su larga trayectoria en los banquillos del fútbol provincial. Nacido en 1968, jugó un decenio en el Polígono y, como entrenador, pasó por todas las categorías del club industrial, desde el fútbol 7 hasta la Preferente, donde tomó el relevo tras la salida de Cándido Gómez. Ascendió con el Paderne, con el que también se proclamó campeón de Copa B ante el Arnoia, y dirigió a Melias, A Valenzá, Allariz o Barbadás B, con el que dio el salto a Segunda Regional. La temporada pasada estuvo en el Rante y en enero le llamaron de regreso Coles, porque ya conocía la casa de una etapa anterior, para encargarle el cometido de la salvación. "Queremos salvarnos, pero está complicado. Cuando llegué íbamos a 12 puntos de la permanencia y en este momento estamos por encima del descenso por el arrastre que habría, pero el calendario es duro. Ahora nos viene el Ourense y tenemos más partidos fuera que en casa, pero vamos a luchar". El bajo índice de eficacia en la definición es el lastre y el compromiso de la plantilla, el estímulo. "Tenemos muchas dificultades para marcar -expone Reguengo-. Hemos puesto arriba a un chaval que jugaba en banda y algo más se está consiguiendo, pero los números no engañan. Por lo menos hemos mejorado mucho lo de los goles en contra. No puedes marcar cuatro en casa y acabar perdiendo". Como contrapartida agrega que "lo que hay que tener es gente implicada y no me imaginaba que me iba a encontrar con este grupo tan bueno. Estoy muy contento porque disfruto con lo que estoy haciendo. Los directivos son algunos de los propios jugadores, unos juegan más y otros menos, pero somos como una peña de amigos y estoy muy a gusto". El entrenador del Coles solo lamenta que no sean más: "La plantilla se quedó muy corta, pero a cambio están todos muy implicados. No tiraron la toalla nunca y estamos enganchados a la salvación por ellos". Aunque la clasificación se lo pone difícil, el Coles quiere que la visita de la UD Ourense sea un motivo de fiesta: "Estamos todos rezando para que haya buen tiempo y que venga gente, porque les puede solucionar la temporada. Queremos disfrutar del partido, ponérselo lo más difícil posible y competir hasta que aguantemos", explica el entrenador. Con un negocio de puertas blindadas en el barrio de O Couto, Reguengo ha seguido de cerca la germinación de una UD Ourense que le inspira confianza: "Han hecho un trabajo impresionante. Tanto la directiva como gente de la categoría de Antonio Dacosta tienen un mérito grandísimo. Ojalá tengan mucha suerte". Y hace una apreciación que está en la calle: "A ver si el trabajo sucio que ha llevado esta gente no lo fastidian los de la corbata a medida que vayan subiendo".
