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La vuelta de honor de la UD Ourense

Los unionistas enlazan 17 victorias al golear al Ribadavia, el último oponente que le había quitado puntos

El unionista Omar da un pase, ayer, en O Couto. // Iñaki Osorio

Con la victoria de ayer sobre el Ribadavia Atlético en el estadio de O Couto, la Unión Deportiva Ourense puede preciarse de haberle ganado a todos sus compañeros de liga. Al menos una vez, porque los ribadavienses fueron los últimos en quitarle puntos. Desde entonces, los unionistas han dado un giro triunfal de 360º en el calendario. Son 17 victorias ininterrumpidas, que se traducen en 12 puntos de ventaja sobre el segundo y el tercero.

Con nueve más el ascenso será un deseo cumplido. Caería a 17 de abril, en el campo del Covadonga, pero se anticipará más todavía, y podría llevar adjunto el título de liga, si los perseguidores reinciden en su pecado de irregularidad en esta segunda parte de la temporada. Hasta cinco equipos, separados por una victoria, optan a la segunda plaza de ascenso a la Primera Autonómica cuando quedan 21 puntos en juego.

La táctica de la maduración volvió a ser infalible en la inmensidad de O Couto. La oposición que presentan los visitantes en los primeros 45 minutos se difumina en los segundos. El Ribadavia pudo adelantarse en dos carreras de Barba que le dejaron solo ante Samuel, pero el portero de O Carballiño estuvo más ágil. Antes de la lesión muscular que sacó del partido al lateral Julio Álvarez, Julio Martínez y Unai habían malgastado las primeras aproximaciones unionistas.

En el retoque del sistema, Senén se retrasó al lateral izquierdo, Lucas Nieto se trasladó a la derecha y Xaco se sumó a un ataque en el que reaparecía Cristian. De sus botas salió el córner con el que se inclinó el resultado, en una desgraciada acción que le costaría el gol en propia puerta a los de O Ribeiro. Ya en el tramo final del primer tiempo, Xaco tuvo la última para los unionistas, pero no conectó certeramente un remate de área. El Ribadavia pudo asimismo empatar con un remate envenenado de Cata desde la derecha que se le fue fuera.

En la segunda parte ya no tendrían opción. La presión de la UD Ourense encajonó en su campo al rival. El balón solo corría en un sentido y los goles caían como fruta madura. Jorge no desaprovechó sus minutos para apuntarse otro doblete. Hace una vuelta, en Ribadavia, no le quisieron entrar. Pero el fútbol ha puesto en su sitio a la UD Ourense. El jueves le llega otra ocasión para resarcirse en la Copa Diputación B, con la ida de los cuartos de final en Barra de Miño.

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