El objetivo de la Unión Deportiva Ourense para el último trimestre de liga consistirá en no apartarse de las consignas que le dieron tan buen resultado en la remontada. Doce victorias después, la cuenta atrás para el ascenso ya está en marcha. "Sabemos que la clave del éxito es no darse nunca por satisfechos, ser ambiciosos", indica el delantero Unai Gómez al referirse al apetito con que los unionistas deben afrontar la visita de este domingo (17.30 horas) al sintético del colegio Miraflores, donde se medirán a un Atlético Velle muy presionado por la clasificación.

Pocas fórmulas son infalibles en el fútbol, pero después de dos ascensos consecutivos con el Verín, nada menos que de Primera Autonómica a Tercera División, Unai ha sacado una gran conclusión en limpio: "Siempre hay que querer más para ascender a un equipo y para que el club siga creciendo. Nunca hay que conformarse. Pudimos hacerlo en el Verín prácticamente con el mismo bloque de jugadores. Es verdad que llegaron Soares y Beceiro, pero son solo dos jugadores, y ascendimos con la misma plantilla siendo agresivos siempre, sin regalar nada, jugando a todo lo que dábamos. Contando con el trabajo de la directiva, se conseguirá".

Después de tres meses en la UD Ourense, aunque solo juega desde finales de diciembre, Unai también ha constatado la importancia del respaldo que da la afición: "Es de diez. Que un equipo en Segunda Autonómica tenga más mil de socios es una barbaridad. Pero es que además muchos van al campo. No se sacan el carné por compromiso. Aquí van a ver al Ourense. No te encuentras el campo lleno, pero la tribuna tiene siempre un aspecto envidiable, y fuera de casa igual".

Agradecido por el apoyo

Al delantero le da la impresión de que juegan "casi siempre en casa" por la afición: "Nos sentimos muy arropados. Es un apoyo brutal y estoy muy contento por eso. Me gustaría destacar el colorido que le dan los Ouligans, porque además son de los que apoyan al equipo siempre, ya juegue bien o lo haga mal. Se agradece que aparezcan en los momentos difíciles".

Unai solo ha visto victorias, ya que llegó tras el empate en Ribadavia, y entiende que la inercia ascendente es pura lógica: "Tarde o temprano se iba a empezar a ganar por plantilla, por cuerpo técnico y por estructura del club. Somos un señor equipo para la categoría. He estado en categorías superiores y con plantillas no tan buenas con esta". Reconoce en todo caso que le sorprende la oposición con que se encuentran los unionistas en la Segunda Autonómica: "Me esperaba una categoría más floja, aunque supongo que los equipos se crecen contra nosotros. Nadie regala nada y salen a morder. Ya no solo tenemos que competir como los demás, sino por llevar un escudo al que quieren ganarle todos. En la segunda parte se notan las diferencias porque somos gente de fútbol, pero si los otros equipos llegan a estar mejor preparados físicamente no iba a ser tan fácil".

En el plano personal, el delantero ourensano pudo celebrar su primer gol hasta el pasado domingo, con una vaselina que abrió el marcador contra el Trives y que le permitió desahogarse en la celebración: "Tenía ganas de marcar, la verdad, porque ya tuviera ocasiones en otros partidos y en ese ya se me había ido el balón al palo. Me quité un peso de encima".

Asume que el fútbol es poco comprensivo, particularmente con los delanteros: "La gente en el Couto es exigente. Al venir de Tercera esperan mucho de ti y siempre hay que escuchar alguna cosa. Pero en el fútbol no es solo marcar goles, hay que ayudar al equipo y yo vengo de un equipo que hace un fútbol completamente distinto. Hay un proceso de adaptación que pasar y también salgo de una lesión grande. Cada vez me encuentro mejor y los goles empezarán a entrar, pero todo es nuevo para mí, la categoría, el equipo, los compañeros. Sabía que iba a ser difícil, pero ahora me encuentro mucho mejor".