El centrocampista Dani González cierra una etapa en el Centro de Deportes Barco marcada por la adversidad personal para buscar en el Arenteiro el camino de regreso al fútbol. Dos graves lesiones se cebaron con un futbolista prometedor, que debutó en Segunda División B en la campaña final de Club Deportivo Ourense, hasta el punto de que la retirada rondó en su cabeza. El nuevo jugador del conjunto carballinés asegura que esa duda quedó resuelta con el apoyo de los más próximos y que está dispuesto a esforzarse para recuperar las sensaciones.

"Le di vueltas al tema -reconoce- y la intención era dejar el fútbol, no sé si de forma temporal o definitiva, porque no me salía nada. Solo me daba problemas, pero hablándolo con la familia y con los amigos, te dan otro punto de vista y te animan". La temporada pasada, con el Barco peleando el ascenso a Tercera, se rompió los dos ligamentos cruzados de la rodilla izquierda y, en la presenta campaña, se fracturó el peroné de la pierna derecha. "Son cosas del fútbol", indica Dani para pasar página a su infortunio.

La lamentación ha dejado de ser una opción pensando ya en el nuevo destino. "Salgo a las siete de trabajar, me suponía un lote ir al Barco, y en el Arenteiro hace falta gente", explica el sí que le dio a Manel Vázquez, que ya fuera su entrenador en el filial del Ourense también en Preferente. "No lo contemplo como un paso atrás, sino como una decisión para volver a ser el jugador que era, coger ritmo y confianza. Me hace mucha falta porque vengo de dos años con dos lesiones graves", apunta.

Lleva unas semanas "trotando y tocando balón" y espera en otras tres semanas estar compitiendo. "No empezaré a mi nivel, es imposible, pero en un mes y medio desde que pueda reaparecer intentaré ser el jugador que era", indica Dani con esperanza. En el conjunto carballinés ha causado baja Oliver Pájaro, Oli, por decisión propia. Antes lo hiciera Ocampo, mientras que llegó al plantel Aitor Martínez, defensa del Nogueira.