Al margen de la final perdida en el año 1948, la primera de las tres con la que el Celta se ha quedado con la miel en los labios, los precedentes coperos frente al Sevilla son bastante desfavorables al equipo de Balaídos, que solo ha pasado una vez de ronda en las tres eliminatorias en que se ha medido a los nervionenses.

El feliz desenlace para el Celta tuvo lugar en el curso 1974-75, cuando el conjunto que entonces dirigía Mariano Moreno remontó en la prórroga el 2-0 que traía del Ramón Sánchez Pizjuán. Paco Doblas anotó cuatro goles y fue el gran héroe del choque, que se saldó con un resultado de 4-1 para los célticos (4-3 en el global de la eliminatoria). En el curso 1961-62, el Celta ganó también por 2-1 el choque de vuelta pero no le bastó para enjugar el 2-0 encajado en Nervión. En la campaña 1953-54, mientras, los sevillistas remontaron con dos goles en casa el empate a uno registrado en la ida en Balaídos.