"La verdad es que no podría haber salido mejor". El delantero de la Unión Deportiva Ourense Adrián Rodríguez lució de nuevo una sonrisa sobre un terreno de juego. Todavía le duraba ayer, al recordar los dos goles de la victoria que marcó en Palmés en sus primeros minutos esta temporada, la inmediata al ciclo juvenil. Su último partido se remontaba al 29 de marzo del año pasado, cuando militaba en el Pabellón, contra el Perines en el Vicente Miera de Santander. Le sustituyó Jorge a los 55 minutos. Desde entonces, amargura por una lesión con recaída en el cuádriceps.
Los goles le estimulan en su camino hacia la normalidad. "Marcar da confianza. Ahora hay que intentar seguir cogiendo minutos, esperemos que caiga algún gol más y a ver si estoy al 100 % dentro de poco de tiempo", expone Adrián mirando hacia adelante.
"Ahora estoy mucho mejor, aunque todavía no está todo perfecto", agrega para referirse a las sensaciones que le dejó su media hora sobre la tierra de O Cruceiro. Reconoce que llegó a recurrir a un curandero para salir del túnel. "Fue mano de santo", apunta. Adrián no se arrepiente de no haberlo intentado antes: "No era capaz de ni dar un pase", recuerda de su calvario.
El delantero percibió, y agradece, la alegría con que se tomaron los compañeros su afortunada reaparición en el fútbol, y no solo por la importancia de dos tantos que desatascaron un partido que se conducía hacia un feo empate contra el colista. "Me felicitaron todos. Había ganas de que debutara y, si es una alegría para todos, imagínate para mí", afirma.
A pesar de no haber jugado hasta el segundo partido de la segunda vuelta, Adrián se ha sentido cómodo en el equipo y, lo que ha visto tanto desde fuera del campo como ahora que es uno más dentro, transmite confianza: "Estamos muy unidos y con muchas ganas de ascender, así que todo está bien".
El preparador físico de la UD Ourense, Miguel Freire, confirma las buenas sensaciones en la progresión de Adrián, después de casi cinco meses con altibajos en la puesta a punto. "La evolución es positiva -destaca-. Hemos trabajado con él en el club, pero en su momento fue forzado a jugar y, cuando se sufren cuatro o cinco microrroturas en el recto anterior del cuádriceps, la zona queda muy debilitada".
Entre los meses de septiembre y noviembre trataron de fortalecer la musculatura, pero "mentalmente el jugador no estaba bien y precisó otra opinión", que en este caso no fue facultativa. "La decisión fue darle reposo hasta Navidades, después nos pusimos a entrenar y ya está recuperado".
Con el "caso" Adrián en vías de solución, la UD Ourense espera beneficiarse pronto también de la mejor versión de su refuerzo para la delantera, Unai Gómez. El preparador físico unionista recomienda paciencia: "Lleva muchos meses fuera de los terrenos de juego y es normal que vaya poco a poco. Tuvo una lesión en el húmero y en el contacto todavía tiene algo de miedo. Es un jugador que basa su juego en la lucha, en echarse encima del rival, y para eso también hay que estar fuerte de cabeza".
Miguel Freire no duda de las prestaciones que dará en la parte decisiva de la temporada el delantero que llegó el pasado mes de noviembre del Verín: "A medida que coja ritmo, recuperará el juego de épocas pasadas. Tiene mucha calidad", apuntan desde el cuerpo técnico de la UD Ourense.
Diez meses esperando el gol | Hacía 308 días que Adrián no saboreaba el gol. Su última diana fue el 15 de marzo de 2015 en Os Remedios ante el Llano (imagen de la derecha), un tanto que certificó la permanencia matemática del Pabellón en la División de Honor juvenil. Reapareció en Palmés (izquierda) con un doblete crucial.
