De aliado a enemigo. Las copiosas lluvias que se registran en la ciudad desde hace días han estropeado el césped del estadio de O Couto, como ya se pudo comprobar en el primer partido del año contra el Melias. Por sus dimensiones y por el buen estado en que se encontraba la superficie hasta la llegada del invierno, el estilo de juego ágil y asociativo de la UD Ourense salía muy beneficiado, pero coincidiendo con la llegada del líder el terreno de juego estará pesado e incluso embarrado como en los peores tiempos. "Hay que ver si el campo está bien y se puede jugar y tocar el balón o si tendremos que cambiar la mentalidad de juego. Si sigue lloviendo, nos puede perjudicar", indicaba ayer el delantero Julio Salgado.

Si no deja de caer agua, el campo podría verse seriamente dañado debido a sus problemas de drenaje. Además, a partir de mediados del próximo mes de febrero, hasta en cinco ocasiones coincidirán partidos en casa el mismo fin de semana de la UD Ourense y el Ourense CF.