La Unión Deportiva Ourense está más cerca de los puestos de ascenso y también de parecerse a un serio candidato a conseguirlo tras encadenar cinco semanas con el contador de puntos encendido. El desafío consistía este domingo en confirmar los progresos que se evidencian en O Couto en un campo de los difíciles, el de Santa Cruz de Arrabaldo. Lo hicieron con el mérito redoblado de remontar un espléndido gol de falta fabricado por Óscar Sabucedo. Le respondió Roberto Dacosta en el mano a mano de lanzadores y Julio Salgado completó la obra con un tanto de los que marcan los listos.
El sintético y las dimensiones de O Seixo propusieron un partido de alta intensidad con dos equipos ambiciosos. El Arrabaldo sembró inquietud en las estrategias de todos los calibres, también en las prolongaciones y en alguna incursión por la banda, como la de Pataco en el 24 resuelta con un potente disparo a media altura que desvió Samuel. Su central Tito Currás le había salvado los muebles unos minutos antes en un remate de cabeza de Pica en el segundo palo.
La UD Ourense cargó por la izquierda con Senén al galope. Dos buenas asociaciones con Xaco le abrieron la puerta del área, pero faltó definición. En el 33, Omar encontró libre el mismo carril y su pase de gol fue interceptado por Charli. Los dos equipos tuvieron su momento en el partido, pero daría el primer golpe el Arrabaldo en una falta cirujana que primero se fue al interior del poste antes de alojarse en la red de Samuel.
La primera parte no dejó opción de réplica a los unionistas. Sometidos al temor de repetir las malas experiencias de Arnoia, Loñoá o Amoeiro, la suerte cambió pronto. Todo lo que no entró en aquellos campos lo hizo ayer y pronto, sin dar tiempo al desgaste por ansiedad o por impotencia. Arrollaron a Xaco en el balcón del área y Roberto Dacosta utilizó la pierna izquierda para darle ángulo y colocación a un lanzamiento de campanillas.
En su carrera de celebración hacia la banda gritaba y se golpeaba el pecho aliviando tensión. La suya y la de toda una barandilla de aficionados de la UD Ourense. Podrían perder, empatar o ganar como ganaron, pero las sensaciones que dio ayer el equipo ante un rival de talla eran edificantes.
La primera gran ocasión para la remontada la tuvo Xaco en el 66, cuando recibió una pelota con todo un carril para él. Al llegar al área dudó y le dio tiempo al portero a echársele encima. Antonio Dacosta ya le había dado descanso a Sergio. Retrasó a Otero, que siempre derrocha energía, y le encomendó la referencia ofensiva a Julio Salgado. El técnico también relevó a Senén, con una amarilla, para que Roberto Almeida le proporcionase un último impulso a la medular.
La insistencia tuvo premio cuando Julio Salgado corrió tras una cesión envenenada de la defensa. Lo hizo más rápido que el portero y le dio tiempo al giro y al remate escorado pero con rumbo de red. Otra explosión de júbilo. Una tregua para el escepticismo. Un motivo para confiar. Para hacerse fuertes. Julio Martínez y, muy al final, Fran se unieron a la defensa de la valiosísima victoria. El Arrabaldo colgó balones pero funcionaron los antiaéreos. Por primera vez, el tiempo corrió a favor de la UD Ourense.
