El presidente del Fuenlabrada, José Quintana, dijo ayer en la rueda de prensa de presentación de su nuevo entrenador, el croata Zan Tabak, que la decisión del Consejo Superior de Deportes (CSD) del pasado 11 de agosto sobre el Club Ourense Baloncesto fue "política", además de ofrecer su versión sobre el desarrollo de la asamblea de la ACB del pasado 31 de agosto en la que se decidió no admitir, por segunda vez, al club ourensano.

"Hubo unas intervenciones en las que se dijo: o hacemos frente al CSD o tenemos que ir a una Liga de 19 equipos. Porque ellos entienden que a nosotros echarnos de la Liga no nos pueden echar, incluso el informe dice que no nos pueden llegar a echar. Y en tal caso podría ocurrir que se produzca una cautelar que paralice la Liga y sobre todo nos tendrían que indemnizar. Nosotros planteamos que teníamos que hablar de 4 millones de euros para arriba, porque el equipo está configurado -ayer ficharon a Álex Llorca, del Breogán, informó Gigantes del Basket", relató.

"En ese debate, la gente entiende primero que esto es una decisión política, no jurídica. Y segundo, no entendemos la razón del favor del Consejo Superior de Deportes al Ourense, ¿Por qué no con el Burgos? No se entiende la cerrazón que tiene la Secretaría de Estado", agregó el presidente del Fuenlabrada sobre lo tratado en la asamblea de la ACB del pasado 31 de agosto.

Decisión perjudicial

Tras la reunión de la asociación de clubes de ese día, en la que sus miembros decidieron por unanimidad no admitir al Club Ourense Baloncesto en la competición, el presidente del Fuenlabrada cree que otra actuación del CSD en el sentido contrario no sería positiva para el baloncesto español.

"Sé que el secretario de Estado ha anunciado en unas declaraciones que podría establecer algún tipo de decreto administrativo. Puede hacerlo, pero yo creo que entraríamos en una guerra que creo que no le conviene a nadie, y menos al baloncesto español", declaró el dirigente del club madrileño.

Quintana también explicó que el Fuenlabrada y el Gipuzkoa, al ser invitados a la ACB el pasado 3 de julio tras la no inscripción del COB al no haber superado supuestamente la auditoría, tuvieron que pasar una auditoría más exigente de lo que era habitual.

"Si no hubiera sido por la venta de Moussa Diagné, igual no hubiéramos pasado la auditoría, porque se nos exigieron cosas que en ocasiones anteriores no se habían exigido. Nosotros hemos tenido que saldar todas las deudas con la Seguridad Social aunque ya existiera un compromiso de pagos aceptado", comentó.