El tiempo se ha echado encima en la cuenta atrás del Ourense, pero con el eco de las redes sociales llega un gesto de alarma que se propone movilizar a la afición. Que al menos el entierro no sea en soledad. No queda margen para evitar el aval que impone la RFEF a los clubes morosos para competir la próxima temporada en Segunda B y muy poco para eludir el descenso administrativo por impagos, pero un mensaje difundido en Internet hace un llamamiento para que los seguidores rojillos se congreguen el próximo lunes, a las 20.00 horas, en el estadio de O Couto para protestar contra la inminente desaparición del club.

Esta iniciativa ha sido la única reacción a las consecuencias de la junta extraordinaria de accionistas del pasado jueves, en la que el consejo de administración presentó su dimisión sin un relevo atado. Aunque Alejandro Estévez aseguró en su intervención de despedida ante los accionistas que no le gustaría pasar a la historia como el último presidente del Ourense, ni los dueños ni los responsables políticos de la ciudad y la provincia han realizado ningún movimiento para alimentar el optimismo sobre la supervivencia de la entidad.

A la afición solo le queda el derecho a la pataleta, como en episodios anteriores. Hace dos años se dio esa escena en la grada de tribuna de O Couto, aunque el agujero económico no era tan profundo y perduraba la estela de un estadio lleno para festejar el ascenso a Segunda División B. Aquel 24 de julio de 2012 coincidieron aficionados, jugadores, técnicos y empleados en una protesta contra el inmovilismo en torno al club, una vez que Manuel Seoane y sus dos compañeros de directiva habían dejado el cargo. Pronto se sabría que había dos alternativas, Primitivo Ferro y la directiva que acaba de dimitir, para asumir la dirección del club.

La manifestación se convocó bajo el lema "Salvemos al Ourense" y se desplegaron pancartas alusivas al anterior presidente de la Diputación y otras que pedían la continuidad de la institución: "Un equipo, unha cidade, unha afección. CD Ourense solución'. El exjugador rojillo Pichi dio lectura a un comunicado en el que se pedía, en nombre de todos los asistentes, que tanto el Concello, como la Diputación y la Xunta apoyasen al equipo y que se le diera continuidad a pesar de las endémicas limitaciones económicas.

En aquel momento se recordaron los hitos de la historia de un club que iba a celebrar su 60 aniversario. Cuando todavía no se han cumplido dos años, la historia se repite con agravantes. El próximo martes se celebrará la primera reunión de la Comisión Mixta AFE-RFEF en la que se examinarán las reclamaciones que presentaron 18 jugadores del Ourense por las cantidades vencidas a 31 de mayo. En cuanto sean aprobadas tras las alegaciones presentadas por el club, deberá abonarse un importe que ronda los 160.000 euros antes de las 12.00 horas del 30 de junio para evitar el descenso de categoría.

El miércoles de la semana que viene expira el plazo para que los jugadores presenten la documentación de las reclamaciones de aquellas cantidades cuyo vencimiento de pago se produzca a lo largo del mes de junio. La segunda reunión de la Comisión Mixta se celebrará a principio de julio, coincidiendo con los plazos de la presentación de los avales, y si el Ourense tampoco satisface esas deudas se le suspenderán los derechos federativos y no podría fichar.