El Ourense es mucho más que sus miserias, pero la agonía a la que ha quedado abocado no puede resultar más denigrante para una institución con su solera. A cinco días de la junta de accionistas en la que el consejo de administración presentará su renuncia, un trance que dejaría al club al borde de la disolución en caso de que no surja un relevo inmediato, la herida económica no deja de sangrar. El impago de los recibos de la luz ha tenido como consecuencia la interrupción del servicio que presta Fenosa Gas Natural.

La economía del Ourense no puede soportar los gastos que genera el mantenimiento del estadio, y particularmente la factura eléctrica. En la última junta de accionistas se expusieron diferentes alternativas para reducir el consumo, pero no han llegado a tiempo para evitar otro trance tortuoso. Las penalizaciones por exceso de potencia que se producen con cada partido televisado disparan la facturación y los impagos de 2014 han deparado que la instalación se quedase sin corriente desde mediados de esta semana.

Es la segunda vez que cortan el suministro eléctrico en el estadio de O Couto en menos de dos años. El 22 de marzo de 2012, dos operarios de la empresa Gas Natural Fenosa cortaron la luz aduciendo que el club adeudaba las cuatro últimas facturas, por un importe que por entonces rondaba los 10.000 euros. El estadio recuperó el suministro 24 horas después del corte al abonarse dos recibos que la directiva, presidida en aquel momento por Manolo Seoane, pagó de su bolsillo. El partido que estaba programado para el domingo siguiente en O Couto, contra el As Pontes, pudo disputarse con normalidad.

En esta ocasión, la directiva ha optado por el alquiler de un generador para dar servicio a las dependencias del estadio, desde la cafetería, a las oficinas o la caldera para el agua de las duchas. Aunque la competición finalizó hace más de un mes para el primer equipo rojillo, hoy se juega en O Couto la final de la Copa Diputación, en la que podría darse cita un millar de espectadores.

El Ourense ha sufrido varios embargos en los últimos años como consecuencia de la larga lista de acreedores que encabezan la Agencia Tributaria y la Seguridad Social. El canon del agua también dio quebraderos de cabeza y hay otros frentes abiertos en los juzgados que han debilitado al máximo la economía de la entidad.