El consejo de administración del Ourense quiere cerrar cuanto antes la renovación del cuerpo técnico que encabeza Luisito. El entrenador decretó dos días de descanso tras las emociones fuertes de las últimas semanas y mañana el equipo volverá a encontrarse en un entrenamiento que se celebrará en O Couto. La directiva quiere aprovechar la ocasión para entablar la negociación e incluso sellarla ya con un apretón de manos.

La cúpula está en sintonía con el entrenador. El pasado mes de febrero se le ofreció la renovación, cuando no estaba confirmada la permanencia en Segunda B ni habían prosperado las negociaciones con los máximos acreedores para evitar el colapso económico de la institución. Ahora que el futuro se ha despejado, Luisito sigue siendo el entrenador predilecto para trazar un nuevo rumbo en la categoría de bronce.

El técnico se mostró hermético ayer al referirse a la inminente negociación, pero al acabar el partido del pasado domingo en Zamora puso como condiciones el apartado económico y, particularmente, la confección de la plantilla. Tras la mala experiencia del pasado verano, Luisito quiere fichar sin premura y también planea dar un paso más en la profesionalización de la estructura del club.

En O Couto entienden que "no se tirará de la moto" porque conoce hasta dónde se puede estirar el presupuesto. El principal aval del entrenador es haber conseguido la salvación con una plantilla limitada y el consejo está dispuesto a hacer un esfuerzo para darle las riendas de un proyecto más ambicioso. La estabilidad institucional contribuirá en el cometido tras dos veranos críticos, ya que por primera vez desde 2009 el Ourense podría empezar la temporada con los mismos directivos y técnicos que acabaron la anterior.

Los cimientos también se han fortalecido con la multiplicación de la masa social y con los acuerdos con los acreedores, que absorberán una parte sustanciosa de los ingresos pero que al menos no bloquearán la entrada de dinero público como sucedió en la temporada en curso, en la que el Ourense perdió casi 60.000 euros por no estar al día con la Administración.