Remo | Campeonato del Mundo de Dragon Boat
Un oro olímpico en el dragon boat

Carlos Pérez y Francisco Santos, con la Ría de Aldán a sus espaldas. / Gonzalo Núñez
El Campeonato del Mundo de Dragon Boat se disputará desde el próximo domingo hasta el sábado 4 de noviembre con la presencia de dos cangueses dentro de la selección española. El medallista olímpico Carlos Pérez y su compañero del Club de Mar Ría de Aldán Francisco Santos formarán parte de la expedición que competirá en Filipinas.
Lo que comenzó con la curiosidad de probar algo nuevo y hacer grupo con los compañeros del club se ha convertido en poco menos de un año en una posibilidad de brillar en una modalidad deportiva diferente a la que le permitió ganar el oro olímpico en Pekín 2008. Carlos Pérez se enfundará nuevamente la camiseta de la selección española, aunque en esta ocasión en un barco de dragon boat para disputar el Mundial de la especialidad en la localidad filipina de Puerto Princesa. Lo hará acompañado por el también cangués Francisco Santos, formando parte de un equipo de 30 deportistas gallegos que buscarán colarse entre los diez primeros clasificados para ganar plaza en los Juegos Mundiales de 2025, que se celebrarán en China.
«Empezamos de tontería el año pasado en el Campeonato de España en Verducido. Competimos por la ilusión de ir todos juntos y ganamos en veteranos. En sénior nos salimos de calle, porque si no hubiésemos logrado la medalla», relata Pérez. A finales del pasado mes de agosto el equipo de Boiro logró el pase para el Mundial, pero necesitaba un par de palistas más. Y en esa ecuación entraron Carlos Pérez y Francisco Santos, de 45 y 46 años de edad, que por proximidad y características encajaban perfectamente en el proyecto.
Barcos con 12 y 22 tripulantes
Y es que el dragon boat exige contar con un plantel amplio de remeros para los dos barcos que pone en liza, uno de 12 personas (el único que clasificará para los Juegos Mundiales de China) y otro con 22. España competirá en ambos. En el barco grande lo hará en categoría mixta, combinando hombres y mujeres en la tripulación, mientras que en el barco pequeño lo hará en Open (masculino y femenino) y en mixto. Las distancias son las de 200, 500 y 2.000 metros.

Uno de los entrenamientos del equipo, con Carlos pérez en el centro, de verde. / FDV
El olímpico reconoce no saber decir que no a cualquier reto deportivo que se le plantee. Sin abandonar el piragüismo, compitió hace unas semanas en el Mundial de Surf ski en Madeira (Portugal) y hace apenas diez días en los Paddle Games de Palma de Mallorca, en una innovadora prueba de 300 metros que incluía una ciaboga, y que contó con la presencia de los integrantes del K-4 500 que logró la plata en París. «Me gusta competir», señala el palista de Aldán, que muestra su admiración por esta nueva modalidad.
Una disciplina que engancha
«Engancha porque es muy guapa y creo que va a ir claramente hacia arriba. La temporada pasada solo había cuatro barcos en el Nacional y en este ya había nueve. Es superdivertido», afirma. Eso sí, para un piragüista la adaptación es brutal. «El paleo es completamente diferente. Ahora la técnica va mucho mejor y de vez en cuando salgo con mi hermano en el OC-2 que es más similar», explica.
El deseo ahora no es otro que el de que el Ría de Aldán pueda disponer de un barco en el que poder entrenar con normalidad, ya que la mayoría de embarcaciones disponibles son de la Federación y hay que ir a Verducido para utilizarlas. De hecho, en los campeonatos lo normal es que los clubes se desplacen sin barco y se utilicen los que están en el embalse. Así será en Filipinas, donde la organización pone los dragon boat y los equipos solo deberán llevar sus palas. Pérez y Santos ya han conseguido las suyas gracias a las aportaciones de empresas locales. Otro cantar será cerrar el presupuesto de ir al Mundial, cifrado en 70.000 euros, de los que la Federación aporta 40.000.
Una modalidad con gran tradición en Asia
Aún desconocida por el gran público en Europa, el dragon boat es una modalidad deportiva que cuenta con una enorme tradición en Asia –se habla de que surgió en China hace más de 2.000 años– para extenderse desde allí a América del Norte y Oceanía.
Las embarcaciones cuentan con una tripulación de 12 o de 22 personas, en las que se incluyen a un timonel, encargado de dirigir el rumbo del barco, y un tambor, que es quien marca el ritmo de palada. Los barcos de 12 integrantes alcanzan los 9,65 metros de eslora, mientras que los de 22 se van a los 12,49 metros. Los palistas van sentados y reman únicamente por un lado.
En España se introdujo en 2003 en Murcia, pero no fue hasta 2015 cuando se situó bajo el amparo de la Federación Española de Piragüismo. Desde entonces ha ido ganando adeptos hasta crearse una Liga de Dragon Boat y el Campeonato de España de la especialidad.
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