Entrevista | Pablo Graña Subcampeón del mundo en C-1 200 metros

“Una vez no entras en los Juegos había que buscar nuevos objetivos”

El palista asegura que ganar el Selectivo para París “te daba muchas opciones de podio”

Pablo Graña, ayer en las instalaciones del Real Club Náutico Rodeira.

Pablo Graña, ayer en las instalaciones del Real Club Náutico Rodeira. / Gonzalo Núñez

El Campeonato del Mundo de Piragüismo Sprint en Samarkanda (Uzbekistán) le sirvió para poner, de la mejor manera posible, el punto y final a una larguísima temporada con alegrías y alguna que otra tristeza. Pablo Graña se subió al segundo escalón del podio en su prueba fetiche, el C-1 200 metros, confirmando su especial feeling con esta distancia, en la que repitió la plata que ya había logrado en junio en el Europeo. Dos metales que le sirven para paliar el disguto por no haber podido lograr plaza olímpica en el C-2 500, una prueba donde la competencia es feroz en España.

A sus 25 años continúa coleccionando medallas mientras alimenta el sueño de poder alcanzar unos Juegos Olímpicos. Pablo Graña (Real Club Náutico Rodeira) es uno de los continuadores de esa gran familia de palistas que es Cangas con los Cal, Germade, Portela, Pérez o Molanes.

– Un medalla de plata en el Mundial es la mejor forma de acabar la temporada.

– Sí, yo creo que la temporada al final se hizo larga. Intentamos clasificarnos para los Juegos y no lo conseguimos, pero fui plata en el Europeo y en el Mundial en el C-1 200 metros. El objetivo era ganar, pero había mucho nivel y esta medalla está muy bien.

– La prueba estuvo tremendamente disputada.

– El primer día entró mucha ola y era incómodo para remar, en los Heat el agua estaba como un plato y me clasifiqué primero directo para la final, y en esta estaba muy movido, y en un 200 así todo depende de que no pierdas muchas paladas y de manejar los nervios. Yo prefiero remar en otras condiciones y creo que nadie salió de allí con buenas sensaciones. Fue malo para todos.

– Al final, el balance es de dos medallas en Europeo y Mundial. No se puede pedir más.

– Hombre, mejor sería el oro [risas]. pero estoy contento de haber conseguido podio en ambas. En esta última igual podía haber hecho algo más, pero está bien.

– ¿Compensan estas dos medallas, sobre todo la última, el hecho de no haber podido clasificarse para los Juegos de París?

– No sé si compensa o no, porque en una temporada pasan muchas cosas. El objetivo por encima de todo eran los Juegos, pero una vez no se logra y pasas ese momento de decepción, hay que buscar rápidamente otras metas, hacer borrón y cuenta nueva. No se consigue nada dándole vueltas, es algo importante pero tampoco te quita la vida, porque es algo que sabes que puede pasar.

Graña con su medalla de plata colgada del cuello.

Graña con su medalla de plata colgada del cuello. / Gonzalo Núñez

– Lo cierto es que el C-2 500 es ahora mismo una de las modalidades de mayor nivel en el piragüismo español, con hasta cinco barcos de mucho nivel.

– Sí, a priori éramos cinco barcos bastante fuertes. Sabíamos que todo iba a depender del punto de forma en el que llegase cada uno, de los nervios de ese día... Pablo [Martínez] y Tano [García] tenían otra oportunidad en la Copa del Mundo, pero el resto no.

– Y llegan Diego Domínguez y Joan Antoni Moreno, logran la plaza, y acaban sorprendiendo subiéndose al podio en París.

– Para mí no fue tanta sorpresa, porque creía que el barco que ganase la Clasificatoria iba a tener opciones de ganar medalla. Pablo y Tano han estado a gran nivel en los últimos años y el resto hemos estado cerca de ellos, así que quien les ganase, sabíamos que iba a ser con opciones de podio.

"Mis condiciones son para remar los 200 metros"

– Por sus características, más adaptadas a la explosividad de un 200 metros, ¿se hace más complicado adaptarse a un 500?

– A mí lo que se me da bien, en lo que soy bueno, es en los 200 metros. Mis condiciones son para remar los 200 y los 500 necesitas un punto de explosividad, pero es cierto que se hacen largos. Se me da bien, pero me cuesta un poco al final. En cambio, con el C-2 me va mejor y me adapto más a este barco. Y nuestro barco [formó dúo con Noel Domínguez] es competitivo. Es cierto que el 200 lo tengo muy medido y sé cómo hacerlo, y mis compañeros tienen más estructurado el 500.

– Ahora llega un merecido descanso. Pero ¿qué planes tiene para este nuevo ciclo olímpico?

– No sé cómo será la clasificación. Primero estaremos todos con todos hasta diciembre o enero y luego se irán montando los barcos según lo que diga nuestro entrenador. A partir de ahí tocará el Selectivo y cuatro años por delante en los que pueden pasar muchas cosas.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents