El Frigoríficos del Morrazo-Construcciones Castro tuvo esta tarde al Abanca Ademar León contra las cuerdas, pero acabó sucumbiendo 31-33. Una derrota claramente inmerecida después del despliegue y juego del equipo cangués, que además de enfrentarse a su rival tuvo que hacer frente a una actuación arbitral que, como mínimo, fue desquiciante.

La puesta en escena de los primeros instantes ya dejaba intuir como iba a ser el encuentro: un correcalles trepidante, lleno de goles e intensidad. Una de las pocas pegas que se le puede poner al Cangas esta tarde es que en los primeros minutos adoleció de una de sus señas de identidad: intensidad defensiva. Con un 4-8 en el electrónico y tras encajar un parcial de 1-6 el técnico del Frigoríficos, Nacho Moyano, tenía que solicitar un tiempo muerto en el minuto 9 para llamar a capítulo a los suyos. La ventaja leonesa no pasó de ahí y el Cangas fue limando esa diferencia hasta llegar al descanso con el partido en tablas (17-17).

El Cangas arrancó el segundo tiempo tal como acabó el primer y consiguió su máxima ventaja en el electrónico (19-17) después de sendos goles de Quintas y Vilanova. El Ademar logró nivelar el encuentro y a partir de ahí el partido fue un constante intercambio de goles, siempre con el Cangas por delante.

Si el Frigoríficos no fue capaz de romper el partido fue por una combinación de errores propios, mala suerte con los balones que se estrellaron en el palo o el larguero y por una actuación arbitral que mostró criterios muy diferentes a la hora de señalar los siete metros en uno y otro lado y las faltas.

Los leoneses solo fueron capaces de ponerse por delante a menos de un minuto para el final (31-32) después de que la pareja arbitral sancionase al Cangas con un inverosímil pasivo. El Cangas, que afrontó los dos últimos minutos en inferioridad numérica, tuvo la última posesión para empatar y en igualdad de condiciones después de que los colegiados expulsasen a Boskos a 12 segundos para el final.

Y ahí es cierto que si el Cangas no empató fue por una absurda pérdida de balón debido a una falta de entendimiento entre Del Arco y Manu Pérez. El balón se perdió por la banda y Ademar aún tuvo tiempo de anotar a puerta vacía el definitivo 31-33. Un resultado cruel e injusto para lo que se vio esta tarde en O Gatañal.