La derrota ante el Cívitas Guadalajara ha abocado al Frigoríficos del Morrazo al farolillo rojo de la Liga Asobal, una posición que, por presupuesto y plantilla, ha solido rondar históricamente, pero que hacía ya más de dos años que no cataba. El 19 de septiembre de 2020 fue la última vez que el conjunto cangués se vio cerrando la tabla clasificatoria de la máxima categoría. Desde entonces las sensaciones y los puntos habían acompañado durante 25 meses a los de Nacho Moyano. Hasta el pasado sábado.
Si la primera temporada del técnico madrileño en Cangas había estado marcada por los discretos resultados y la eclosión de la pandemia del COVID, que evitó lo que parecía podría ser un descenso a División de Honor Plata, en el arranque de la campaña 2020-2021 –especialmente exigente, por el hecho de haber cuatro descensos y por la incidencia del coronavirus, que motivó un aluvión de confinamientos– la dinámica de resultados no varió un ápice.
Los de O Morrazo perdieron sus cuatro primeros encuentros y curiosamente fue en el quinto, tras estrenarse con un empate a domicilio ante el Villa de Aranda, cuando cayeron a la última plaza. Los empates frente a Puente Genil y Cuenca marcaron una clara tendencia ascendente antes del pinchazo frente al Granollers (23-33), que desencadenó un aluvión de positivos en el club cangués, con el consiguiente confinamiento y aplazamiento de encuentros. El retorno a la competición tras casi tres semanas de parón y una enfermedad que castigó a buena parte de la plantilla no pudo ser más duro, con palizas a manos de Anaitasuna y Huesca, mucho más frescos. En Logroño ya se ofreció una mejor imagen y el premio llegó con la primera victoria de la temporada, la conseguida ante el Viveros Herol Nava el 28 de noviembre (21-19). El pinchazo ante el Sinfín se compensó con el triunfo a domicilio en Guadalajara (21-23), que permitió a los cangueses cerrar la primera vuelta con 7 puntos y con el partido ante el Puerto Sagunto pendiente de disputar.
Los cangueses cayeron a la última plaza en esa campaña tras igualar con el Villa de Aranda
La segunda vuelta ya fue otra historia. Exiliados en Bueu por las obras de la pista de O Gatañal, el Cangas sumó cinco puntos en el mes de febrero de 2021 gracias a sus triunfos ante Valladolid y Puerto Sagunto en casa y al empate a domicilio ante el Bidasoa, que compensaron las derrotas ante Benidorm y Aranda. Marzo se saldó con un único triunfo ante el Cisne y abril con la campanada ante el Ademar (29-28), pero el tramo decisivo fue el del mes de mayo, con hasta seis encuentros en los que el Cangas sumó otros tantos puntos, entre ellos la vital victoria ante el Guadalajara. La permanencia parecía encarrilada a expensas de lo que los alcarreños hiciesen ante Puerto Sagunto y en el aplazado ante el Granollers. Su empate en el primero de ellos desató la locura en el Cangas, que seguiría un año más en la Asobal.
La pasada campaña fue una de esas temporadas atípicas en las que el nombre del Frigoríficos no va ligado a la palabra sufrimiento. 18 puntos en la primera vuelta permitieron a los de O Morrazo manejarse con tranquilidad en la Liga a pesar de la que en la segunda vuelta el equipo sufrió un notable bajón de rendimiento, compensado con una extraordinaria Copa del Rey. En esta, con cambios notables en la plantilla, el Cangas aún sigue en pleno proceso de construcción y de encontrar su identidad. Ha tocado fondo y ahora le toca subir. Experiencia en ello tiene.
