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Fútbol | Tercera RFEF
Martín Pastoriza Exjugador del Alondras

“Fastidia que la lesión llegue cuando estaba mejor, con más confianza”

“La verdad es que he pasado más tiempo jugando que trabajando o estudiando”, afirma

Martín Pastoriza, ayer en el campo de O Morrazo. GONZALO NUÑEZ

Fue uno de los productos de la liga escolar que el Alondras organizaba los sábados en el viejo campo de Massó. Allí, con el colegio Eduardo Pondal comenzó a destacar bajo palos hasta que entró a formar parte del club rojiblanco. A sus 32 años y con casi un cuarto de siglo jugando al fútbol Martín Pastoriza ha decidido retirarse. Una dolencia en la rodilla le obliga a colgar los guantes, dejando atrás una notable trayectoria en la que destacan las cuatro fases de ascenso disputadas con los rojiblancos y una vitola de portero luchador y comprometido con los colores.

La hora del adiós ha llegado para Martín Pastoriza, que será homenajeado mañana en los prolegómenos del partido ante el Rápido de Bouzas. Posteriormente habrá una cena con compañeros, directivos y entrenadores con los que compartió vida deportiva.

– Finalmente ha optado por no esperar a pasar por quirófano y colgar los guantes.

– Bueno, fue dejar de meterle a la rodilla la carga de cuatro días de entrenamiento a la semana y el partido y encontrarme mucho mejor. Ahora mismo estoy meditando si me opero de los dos meniscos o no. Podría hacerlo y seguir jugando, pero es arriesgar mucho, y no me merece la pena porque ahora sí puedo hacer vida normal.

– ¿Ha sido una decisión dura o le ha dado tiempo a asumirla durante estos meses?

– Sí, la he ido asumiendo, aunque son muchos años y echas de menos el grupo y el día a día, porque al final pasas más tiempo con ellos que con tu pareja o tu familia. El encontrarme mejor físicamente también ayuda a tomar la decisión, porque en los últimos meses ya me costaba mucho entrenar un día, parar dos, volver a empezar...

– Su trayectoria ha quedado muy condicionada en estos últimos años por las lesiones.

– La verdad es que la única lesión grave que tuve fue esta de rodilla, y en los últimos años arrastré molestias porque no quedó bien. Por lo demás tuve algún esguince, un problema en la clavícula, pero no mucho más.

Martín en su último partido con la elástica alondrista, el pasado mes de enero ante el Bouzas. GONZALO NUÑEZ

– A lo largo de su carrera todos los años se ficharon porteros y usted acababa siendo titular.

– Sí, aunque en los últimos tiempos ya no pasaba, porque ya coges más peso específico y cumples. Pero es cierto, al principio trajeron a Lorenzo, a Manu Táboas... Porteros con más nombre que ya eran conocidos por los entrenadores que fichaban. Partía de segunda opción y al final jugaba. No lo veo mal porque eso te hace valorarte un poco más a ti mismo, que no vienes de canteras fuertes como Celta o Pontevedra.

– Salvo un año de cesión en el Bahía ha estado toda su vida en el Alondras. ¿Nunca tuvo ganas de salir o una oferta que le convenciese?

– Nunca tuve nada que me llamase. Yo vivía a dos pasos del campo y tampoco surgió nada interesante. Y estaba en un club con peso en Tercera, con el que jugué cuatro fases de ascenso... Para escalar tendría que haber aparecido algo de superior categoría.

– De todos los compañeros con los que compartió portería, ¿con quién se queda?

– Para mí el mejor fue Nando. Si no llegó más arriba es porque coincidió con una época en la que el Celta tenía mayor poder adquisitivo para fichar, si no... Me llevo bien con Nucho, con Manu Táboas... pero nunca tuve ningún problema ni ningún mal rollo con ninguno.

Mi mejor recuerdo son las fases de ascenso y el título gallego de la Copa Federación

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– ¿Y con qué entrenador se quedaría?

– Con Manu Sotelo, el que me llevó para el Alondras, y era además muy buen entrenador de porteros. Luego con Fredi, al que tuve en mi primer año de sénior. Ese año fue el que mejor fútbol hicimos.

– Disputó cuatro fases de ascenso con el Alondras. ¿Es alguna de ellas el mejor recuerdo que tiene de su carrera deportiva?

– Sí, las fases de ascenso y el triunfo en la fase gallega de la Copa Federación. Tengo un gran recuerdo de esa Copa porque eliminamos al Pontevedra y a grandes equipos. Y de las fases la primera yo era muy joven y la jugó Nando, pero recuerdo estar en El Sardinero. Todas tuvieron su historia, son experiencias que te quedan grabadas porque pasas todo el fin de semana por ahí y te sientes un poco como un profesional.

– ¿Y el peor recuerdo?

– Cuando me rompí la rodilla, la verdad. Después hay errores en los partidos que te comen por dentro ese día, pero después desconectas.

– Le toca decir adiós cuando era uno de los jugadores importantes del equipo y de los mejores porteros de la categoría.

– Una de las cosas que más me fastidia es que este problema de la rodilla surge cuando mejor me encontraba, cuando jugaba más cómodo, con mayor confianza. La experiencia en este puesto es muy importante, conocer a los jugadores, haber pasado por diferentes situaciones...

– ¿Se queda con la pena de irse pudiendo jugar más tiempo o la algría de retirarse estando bien?

– Las dos cosas. Me notaba muy bien, y sí es cierto que podría haber aguantado tres o cuatro años más si me dejase la rodilla.

– ¿Cómo va a vivir el homenaje del sábado?

– Soy un tipo tranquilo, pero una vez allí te emocionas. Cuando decidí retirarme sí cayó alguna lagrimilla en casa. Es que he pasado más años en el fútbol que trabajando o estudiando.

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