Adrián Menduiña se despide de las pistas. El extremo derecho del Frigoríficos del Morrazo ha anunciado su retirada a los 31 años de edad al no haber entrado en los planes de Nacho Moyano para la próxima temporada. Su futuro, sin embargo, no estará muy lejos, ya que se integrará plenamente en la estructura del club como coordinador de la base, una tarea similar a la que ya ejercía, pero en la que se involucrará de modo más profesional.
“Mi idea era continuar dos o tres años más porque me veía bien, pero esta es la situación que se ha dado. Consideraban que se necesitaba a otra persona para el puesto y listo”, afirma, sin rehuír la autocrítica. “Es cierto que no hice un buen año, pasé de tener un rol de titularísimo a uno secundario porque Jenilson lo hizo mejor que yo. Me costó asumirlo y no aproveché los minutos que tuve”, admite. “Esto es alta competición y las cosas son así”, sentencia. La vida deportiva de Menduiña ha pasado íntegramente en el Balonmán Cangas, con la única excepción de un año en el Cisne en División de Honor Plata, que le sirvió para adquirir experiencia y dar el salto a una Liga Asobal en la que ha estado cinco temporadas. Sus registros fueron de 77 goles en la 2017-2018, de 87 en la 2018-2019, de 59 en la 2019-2020 y de 83 en la 2020-2021. El año pasado, en cambio, su aportación anotadora se quedó en unos exiguos 19 tantos.
“Siempre he sido un jugador de club, y al principio no piensas que puedes llegar arriba. Era uno más en la base”, afirma. Pero muchas veces el esfuerzo tiene recompensa, y ese fue su caso. En el Luceros de Primera Nacional anotó un año 220 dianas y en la siguiente rompió todos los registros con 310 tantos, una cifra que lo convirtió en el máximo goleador de todas las categorías nacionales. Eso le permitió crecer un poco más en el Cisne y retornar a Cangas para triunfar siendo un diestro en el extremo derecho. “Empieza siendo un hándicap pero te adaptas por las circunstancias de la base. Y al final conviertes ese hándicap en una ventaja porque los porteros no están acostumbrados”, manifiesta.
Desde el club, el director deportivo de la entidad, Óscar Fernández, alaba la figura del canterano. “No es una salida, porque pasa a trabajar para el Cangas. Lleva ejerciendo una labor muy importante desde hace años y ahora estará más involucrado como coordinador de la base, fomentando más actividades y trabajando en la captación de jugadores”, resalta.
El reemplazo de Adrián Menduiña estará en el club. Será Carlos Vilanova el que completará la demarcación de extremo derecho después de que en la segunda vuelta se incorporase al Luceros y a los entrenamientos del primer equipo para completar la recuperación de su lesión de rodilla. Ahora, con 23 años y dos de experiencia en la máxima categoría, tendrá la oportunidad de volver a jugar en la élite. “Estoy muy contento”, señala, antes de despejar cualquier duda sobre su estado físico. “Estoy como si no me operara. Es cierto que la cabeza me tiraba un poco para atrás, pero la rodilla está respondiendo de lujo. Y después del trabajo de este verano estaré aún más confiado”, afirma.
Vilanova fichó por el Frigoríficos en la campaña 2019-2020, procedente del Calvo Xiria. Tras una primera campaña de adaptación, en la segunda los problemas físicos le persiguieron hasta que sufrió una rotura de ligamentos en su rodilla izquierda. El año pasado estuvo recuperándose en casa hasta que comenzó a trabajar con el Luceros, con el que anotó 34 goles en nueve encuentros. Ahora le tocará pelear con un Jenilson Varela del que dice “está a un nivel diferente al mío. Yo trataré de aprovechar los minutos que tenga para hacerlo bien”.