David Iglesias pone rumbo esta semana hacia Limoges después de seis temporadas como jugador del Frigoríficos del Morrazo. Pero antes de emprender la aventura francesa el jugador regresó a su primera casa, donde empezó a jugar al balonmano y a despuntar antes de fichar por el Cangas: el Bueu Atlético. El club bueués quiso organizar un acto especial aprovechando que durante este mes organiza sus Escolas de Verán Pablo Herbello y justo antes de marcharse David Iglesias acudió para compartir su tiempo y charlar con los más jóvenes. “No era tanto una despedida como una especie de agradecimiento y una forma de ánimo”, destaca el presidente del Bueu Atlético, Manuel Castro.
La presencia de David Iglesias, que durante la pasada temporada fue convocado por primera vez con la selección española absoluta, era muy importante por el mensaje que quería transmitir el club bueués. “Aunque a veces los jugadores no se den cuenta son un referente y un ejemplo para los más jóvenes. Tener a David aquí de nuevo sirvió, entre otras cosas, para mostrarle a los niños y niñas que con trabajo, esfuerzo y dedicación se puede llegar muy lejos”, explica Castro.
Iglesias estuvo en el Bueu Atlético desde la categoría de prebenjamines y de la mano de Irene Vilaboa debutó en Primera Nacional con solo 15 años. En su trayectoria en el equipo bueués lideró el equipo juvenil que llegó a clasificarse para disputar el Sector Nacional Juvenil de 2016. Al final de esa temporada dio el salto al Frigoríficos del Morrazo, de la mano de Víctor García “Pillo” y en el mes de noviembre de 2016 ya debutaba en Asobal contra Logroño, un equipo en el que precisamente había estado a prueba un año antes.
El Bueu Atlético intentó reunir para este encuentro a los integrantes de aquel equipo juvenil que llegó hasta el Sector Nacional, que siguen formando una piña. No pudo ser debido a las diferentes obligaciones de unos y otros. Aún así, David Iglesias, que este año completó en el colegio de A Pedra sus prácticas de Magisterio en Educación Infantil, no desprovechó la oportunidad de estar con las más pequeños.
El lugar elegido para el encuentro no fue casual: la pista deportiva de Banda do Río o el “relleno”. Allí comenzó la historia del Bueu Atlético hace ya 45 años. Sobre un terreno de tierra, mucho antes de que existiese el actual pabellón municipal de deportes. “Es un espacio emblemático para nosotros, con un gran valor simbólico y sentimental”, explican desde la directiva del club.
