–¿A qué sabe la medalla de plata conseguida contra Andalucía sobre la arena de Sanxenxo?
–La medalla sabe muy bien, pero también es verdad que nos deja un sabor agridulce porque estuvimos a una sola parada de ser campeones de España. Acabamos el partido empatados; fuimos al “shoot out”, donde también quedamos empatados; y al final se decidió en la muerte súbita. Tuvimos el oro en la palma de la mano y se nos escapó.
–¿Se planteaban al principio la posibilidad de llegar a la pelea por las medallas?
–Si antes de empezar me dicen que ganábamos la plata casi lo firmaba. No sabíamos muy bien como llegábamos ni como íbamos a competir. No se trataba de bajas, sino que fue todo un poco a contrarreloj porque la temporada de pista acabó hace nada, había gente que se estrenaba por primera vez y no sabíamos cómo iba a funcionar. En el campeonato fuimos de menos a más: comenzamos un poco más verdes, pero luego nos engrasamos y llegamos a la final para competir contra la todopoderosa Andalucía.
–El combinado andaluz parece estar un poco por encima del resto y en Galicia se llevaron seis oros sobre seis posibles.
–Ahora mismo Andalucía está marcando la pauta y diría que incluso en pista está compitiendo mejor que Cataluña, que es la gran potencia. Empiezan antes su competición de balonmano playa, tienen equipos más preparados para esta especialidad y al final también es una comunidad más amplia. Pero creo que en los próximos años podemos igualar un poco más las fuerzas.
–¿Cómo es el paso del balonmano en pista a la arena de la playa?
–Es diferente en algunos conceptos, se busca la espectacularidad y situaciones distintas: jugar en superioridad, los saltos, giros en el aire, hay que tener buena toma de decisiones. Pero al final se trata de llevar a la playa el deporte que nos gusta y aprovechar el verano para seguir practicándolo. Al final, si tienes un buen nivel en la pista también lo tienes en la playa.
–¿Cómo es el futuro para Galicia en este deporte?
–Hay mucho margen de mejora y con lo bien que se están haciendo las cosas desde la Federación Galega estoy seguro de que vamos a ir a más. Cuando yo empecé en esto éramos cuatro equipos en cada categoría y desde hace años esto se está expandiendo. Al agrupar las competiciones en fin de semana en una misma sede ayuda a reunir a la gente del balonmano, amigos... y se crea un gran ambiente.
Una nutrida representación canguesa
El Campeonato de España concluyó con dos medallas para Galicia. A la plata del equipo infantil de Adrián Menduíña hay que unir el bronce de las cadetes femeninas. El Cangas volvió a contar con una destacada representación, especialmente en el conjunto cadete femenino.
Hasta cinco jugadoras formaban parte del equipo que se colgó el bronce: Adriana Rial, Irene Ríos, Naihara Costas, Iria Augusto y Uxía Fernández. En la selección infantil femenina estaba Goretti Carballal; en la juvenil masculina Manu Pérez y Pablo Fernández; en la cadete masculina Adrián Chapela; y en la infantil masculina Rubén Costas. Adrián Menduíña no era el único técnico ya que Miguel Pousa se encargó de los juveniles masculinos.