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Remo

El dulce regreso de Rodrigo Conde

Rodrigo Conde, a la derecha, celebra en el podio el bronce obtenido en la Copa del Mundo de Belgrado Cedida

Renunció al sueño olímpico cuando ya tenía el billete para Tokio en la mano por una cuestión de salud mental y física, y su apuesta incluso ya le estrá reportando réditos en lo deportivo. Un año y tres meses después de haber tomado una de las decisiones más complicadas de su vida, Rodrigo Conde vuelve a codearse con la élite del remo olímpico y ha cerrado su presencia en la Copa del Mundo de Belgrado con una medalla de bronce, la primera que obtiene en categoría absoluta. El camino hacia los Juegos de París comienza a perfilarse para el remero moañés.

“Es mi primera medalla internacional absoluta, un momento muy gratificante. Sabíamos que teníamos velocidad, pero tampoco si estábamos listos para competir con los mejores del mundo”. Así resume Rodrigo Conde sus sensaciones tras haberse encaramado al podio de la Copa del Mundo de Belgrado en doble scull pesado junto a su compañero Aleix García. Aunque reconoce que “este era el objetivo menor para esta temporada”, no puede evitar sentir la alegría y el orgullo que le provocan “haber estado allí compitiendo con el mejor doble scull de la historia, el de los hermanos Valent y Martin Sinkovic, y a solo tres segundos de ellos”. Con los croatas protagonizaron una de las anécdotas de la jornada. “Nos preguntaron quiénes éramos y nos dieron ánimos, pero sin que mejorásemos demasiado [risas]. Son nuestros ídolos y aún no lo hemos asimilado mucho”, añade.

El moañés logra su primera medalla internacional absoluta 15 meses después de renunciar a los Juegos

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Y es que ha pasado poco más de un año desde que Conde aplazase –que no abandonase– el sueño olímpico, dejando peso ligero para pasarse al pesado y cambiando, lógicamente, de compañero. Hoy, con 84 kilos, poco se parece al que debía afinar para competir con apenas 70. “Estoy a años luz en lo físico y en lo mental. Ha sido un cambio increíble, estoy mejorando día a día, con cada vez mejores marcas en ergómetro y agua... Cuando tienes la cabeza solo centrada en mejorar y no en tu peso todo es mucho más fácil. Vivo más relajado, más feliz”, admite. El salto competitivo es, con todo, “muy grande. Antes mi capacidad competitiva estaba muy limitada, porque cuando llegaba el momento de bajar el peso me cortaba todo. Ahora no, e incluso los entrenadores lo están viendo y me lo dicen”.

Rodrigo Conde con su medalla desde Sevilla, en donde está concentrado.

Rodrigo Conde con su medalla desde Sevilla, en donde está concentrado. Cedida

En este tiempo ha conseguido volver a disfrutar del remo, el mayor de los éxitos, y si encima se acompaña de resultados, mejor aún. “Siempre digo que cuando algo deja de apasionarte no vale la pena, porque así no lo vas a conseguir”, sentencia. “Que si ha merecido la pena el paso que di en su momento? Por supuesto. Cuando lo anuncié en vídeo en Instagram lo tenía clarísimo y me sirvió para quitarme de encima una mochila de 1.000 kilos. Y ahora veo que no me equivocaba, y cuando te encuentras compitiendo con la élite del remo en esta categoría, es un refuerzo mayor”, reflexiona.

El objetivo marcado a fuego en el horizonte es el Campeonato del Mundo del año próximo, clasificatorio para los Juegos Olímpicos de París. “Ahí está centrada toda la preparación para estar al doscientos por cien en el día D y la hora H”, señala. Lograr uno de los once billetes para la capital francesa es la meta a medio plazo, si bien este año Conde y García apuntan al Europeo y al Mundial, en los que seguir confirmando su progresión.

“Estoy a años luz en lo físico y lo mental y vivo más feliz”, subraya

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“No nos marcamos límites, y tampoco lo haríamos si hubiésemos obtenido un mal resultado”, manifiesta. “Las Copas son una preparación para ir cogiendo experiencia internacional y ver dónde estás colocado, pero cuando ves que estás más cerca de lo que piensas te da mayor motivación”, señala. Y añade que “no todo son rosas y arcoiris, pero esto no tiene nada que ver con lo de antes”.

Un barco con amplio margen de mejora

La juventud de Rodrigo Conde (24 años) y de Aleix García (21) y el escaso tiempo que han tenido para remar juntos hace pensar en que su doble scull tiene un envidiable futuro, un aspecto que confirma el propio moañés. “Hay mucho margen de mejora y tiempo de trabajar juntos. Y somos igual de cabezones los dos [risas]”, dice. Por si fuera poco, Conde no llegó en las mejores condiciones a la capital serbia, tras haber sufrido una lumbalgia en la semana previa. “No pude entrenar prácticamente ningún día, y es el momento decisivo donde le metes intensidad para afinar la puesta a punto”, indica.

El otro aspecto al que se aferran para su progresión es el que se reflejó en la regata final de Belgrado, con una buena salida, una parte intermedia en la que los españoles cedieron posiciones, y una recta final en la que apretaron para colarse en el podio. Así, el moañés vio una regata en la que “salimos muy rápido, llegando terceros a los 500 metros, aunque a décimas de los primeros”, pero aflojaron ritmo en los 1.000 metros intermedios. “Ahí se nota la experiencia de nuestros rivales, y es donde fallamos un poquito”, admite. Y la parte final fue impecable, “con el mejor parcial de la prueba en los últimos 500 metros”.

El objetivo, pues, está muy definido. “Hay que intentar no perder velocidad a mitad de regata. Es un momento difícil, en el que te pican las piernas y dudas de si podrás llegar. Hay que insistir, porque luego somos capaces de llegar muy fuertes a esa parte final de la regata” sentencia el remero de O Morrazo.

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